El reguetonero cubano Yomil Hidalgo volvió a dar de qué hablar este fin de semana, pero no por su música, sino por su proyecto gastronómico en La Habana. El artista anunció que ha decidido frenar la apertura del nuevo local de Doping Pizzas, su emprendimiento en la capital, porque todavía no cuenta con un equipo profesional capaz de garantizar un servicio de calidad. “Hasta que Doping Pizzas no tenga un equipo profesional, no se va a abrir el local nuevo”, soltó sin rodeos en sus redes.
La inauguración estaba prevista para el 9 de octubre, justo el día de su cumpleaños, pero Yomil prefirió no dejarse llevar por la fecha simbólica y postergar la apertura de manera indefinida. Según explicó, ya lo más complicado está hecho: inversión, diseño, remodelación del espacio e incluso viajes al extranjero para traer insumos. El verdadero dolor de cabeza está en conseguir personal capacitado, algo que en Cuba se ha vuelto misión imposible.
El propio artista lo resumió sin pelos en la lengua: lo más difícil de emprender en la Isla no es invertir, sino encontrar gente preparada para dar un servicio a la altura de lo que él busca. En un país donde la mediocridad y el abandono estatal han dejado al trabajador desmotivado y sin recursos, armar un equipo de nivel se convierte en una odisea.
Yomil fue claro: no piensa arriesgar la imagen de su marca ni la experiencia de sus clientes solo por abrir en una fecha bonita. “Tengo que valorar mi esfuerzo, sacrificio y prestigio por encima de todos”, afirmó, dejando claro que no está dispuesto a conformarse con la chapucería que reina en la mayoría de los servicios en Cuba.
El nuevo local de Doping Pizzas ha generado gran expectativa, sobre todo porque el propio Yomil ha ido compartiendo los avances de la obra en redes sociales. Con un diseño moderno, luces LED y un estilo urbano fresco, el sitio prometía convertirse en un espacio diferente dentro de la gris y deteriorada oferta gastronómica habanera.
Desde que nació en enero de 2023, Doping Pizzas se vendió como una alternativa distinta dentro de un mercado marcado por la escasez, los precios inflados y la poca calidad. El proyecto ganó notoriedad gracias al impulso de Yomil y su visión de ofrecer algo con identidad propia. Sin embargo, la apertura de su esperado salón en La Habana quedará en pausa hasta que logre encontrar el personal que necesita, un reflejo de cómo el fracaso del régimen también asfixia a quienes intentan emprender de manera independiente.