La historia de Lester Domínguez vuelve a tocar fibras sensibles en Cuba. Este joven, víctima de un brutal asalto a machetazos en marzo de 2023 en Holguín, sigue luchando por recuperar su salud. Hoy su familia pide ayuda para conseguir una minerva ortopédica, mientras él espera por una delicada cirugía que podría marcar la diferencia en su recuperación.
La petición desesperada de un padre
Dennis Domínguez, padre de Lester, fue quien levantó la voz en redes sociales. En una publicación en Facebook explicó que la operación para corregir las vértebras invertidas de su hijo aún no tiene fecha definida, pero que la minerva es indispensable mientras llega el momento de entrar al quirófano. Sin ella, el riesgo de complicaciones aumenta.
El mensaje incluyó un número de contacto (50112552) para quienes puedan colaborar. Una vez más, la solidaridad ciudadana parece ser el único salvavidas frente a un sistema de salud colapsado por carencias y burocracia.
Una lucha que no da tregua
El caso de Lester se ha convertido en símbolo de resistencia en Holguín. Desde aquel ataque que casi le cuesta la vida, ha tenido que someterse a cirugías, terapias y largos periodos de rehabilitación. Incluso viajó hasta el hospital Julito Díaz en La Habana para recibir atención más especializada.
A pesar de todo ese esfuerzo, los avances han sido lentos. Lester ha logrado recuperar algo de sensibilidad y ciertos movimientos, pero todavía no puede caminar. Y ahora, la amenaza de las vértebras invertidas complica aún más su futuro. Los médicos ya confirmaron que necesita una cirugía urgente para evitar artritis y daños mayores en la médula.
Una familia contra viento y marea
Como ocurre con muchos cubanos, la familia Domínguez ha tenido que buscar por su cuenta medicamentos, insumos y hasta las condiciones mínimas para su tratamiento. Los apagones constantes y la escasez hospitalaria no han hecho más que retrasar el proceso.
Dennis ha sido claro: si en Cuba no aparecen soluciones reales, no descartan la posibilidad de salir del país para que Lester reciba la atención que necesita. Sin embargo, mientras esa opción llega, la familia agradece cada gesto de apoyo, cada oración y cada granito de arena que ayude a sostener esta dura batalla.
Una historia de dolor, pero también de esperanza
A más de dos años del ataque, Lester sigue de pie —aunque no literalmente— gracias a su fuerza de voluntad y al amor de quienes lo rodean. Su caso refleja dos caras de la realidad cubana: la violencia que marca a familias enteras y, al mismo tiempo, la resiliencia de un joven que se niega a rendirse.
“Esperemos que todo salga bien y que Dios, junto a los médicos, lo sigan restaurando”, escribió su padre. Y en esa fe se aferra la familia, esperando que la minerva llegue pronto para que Lester pueda dar un paso más en su largo camino de recuperación.