En Cuba ya uno no sabe ni de quién cuidarse, y lo que pasó en Camagüey parece sacado de una película de terror mezclada con comedia negra. Resulta que un hombre, vestido como médico de guardia, logró colarse en el mismísimo Hospital Materno y, lo peor, llegó hasta el área de embarazadas, donde examinó a varias pacientes como si fuera parte del personal. 😳
Sí, leíste bien: un desconocido se paseó tranquilamente con bata blanca, recorrió salas y hasta practicó tactos vaginales a mujeres gestantes. Todo esto sin que nadie lo detuviera ni le pidiera credenciales. La historia salió a la luz gracias al periodista José Luis Tan Estrada, quien recogió testimonios de familiares y trabajadores del hospital.
Según cuentan, el falso médico primero entró a la sala E, luego a la sala A, y solo cuando ya se iba algunas pacientes comenzaron a sospechar de su actitud extraña. Pero lo más increíble es que no fue descubierto en ese momento, sino después, cuando intentó entrar al Hospital Oncológico todavía disfrazado de doctor. Fue ahí donde finalmente lo detuvieron.
¿Y cómo fue posible semejante engaño? Trabajadores del propio hospital lo explicaron: en el centro casi nunca hay un control estricto de entrada, los custodios brillan por su ausencia y, como el personal cambia constantemente, cualquiera puede hacerse pasar por un “galeno nuevo” sin levantar alarmas.
Un empleado lo resumió con crudeza: “La seguridad en este hospital no existe”. Y las enfermeras que estuvieron presentes admitieron que lo tomaron por un médico recién llegado.
Lo más escalofriante es que este sujeto no era un improvisado. Fuentes hospitalarias aseguran que ya había entrado en otras ocasiones, no para “jugar al doctor”, sino para robar celulares, ventiladores y hasta equipos médicos. En esta ocasión, parece que se le fue de las manos y decidió actuar directamente frente a las embarazadas.
El incidente dejó en evidencia fallas gravísimas en los sistemas de verificación de credenciales y en la protección de las pacientes. Que un desconocido pueda entrar a un área tan delicada como la maternidad, sin que nadie lo cuestione, es un síntoma preocupante del nivel de descontrol en los hospitales cubanos.
Aunque no se reportaron lesiones físicas adicionales ni sanciones claras tras el suceso, el miedo quedó sembrado. ¿Qué tan seguras están las pacientes cuando alguien puede colarse con una bata blanca y hacerse pasar por médico?
Y ojo, que no es un caso aislado. Hace meses en La Habana se destapó la historia de un estafador que fingía tener a su madre hospitalizada en estado crítico para ganarse la confianza de familiares y luego robarles sus pertenencias. En Holguín, una mujer incluso se hacía pasar por enfermera y “rentaba” camas de parto.
Historias así parecen increíbles, pero son el reflejo de una realidad: la crisis de seguridad en los hospitales cubanos es tan grave que cualquiera puede aprovecharla para engañar, robar… o algo peor.