Cuando se empezó a hablar de la nueva película del director cubano Pavel Giroud, “Comandante Fritz”, ya corría el rumor de que Carlos Enrique Almirante tendría un papel clave. Pero nadie se imaginaba hasta dónde llegaría su personaje… y sí, resulta que le tocó encarnar nada menos que a Fidel Castro.
La cinta ya está rodando por el mundo con su estreno en Alemania y todo apunta a que también aterrizará en el Festival de Cine de Miami. El reparto está lleno de nombres fuertes y, entre ellos, el del joven actor cubano que, una vez más, sorprende con su versatilidad.
En una entrevista con Telemundo 51, Almirante confesó que este papel fue uno de los mayores desafíos de su carrera. No es para menos: interpretar a Castro, una de las figuras más polémicas y controversiales de la historia cubana, no es algo que se tome a la ligera.
“Jamás pensé que me tocaría. Le agradezco mucho a Pavel esta oportunidad. Fueron muchas horas de preparación, escuchar discursos, ver entrevistas, empaparme de esa mentalidad tan complicada. Ha sido un reto enorme para cualquier actor”, confesó.
Y es que no se trataba solo de ponerse la barba y fumar un tabaco frente a las cámaras. Almirante contó que tuvo que trabajar cada gesto, cada mirada y hasta la forma en la que Castro sostenía su inseparable habano. “Con este personaje, sé que me van a mirar cada detalle. Yo solo espero que lo disfruten, que lo amen, que lo odien… pero que vean a un actor que decidió arriesgarse”.
Eso sí, Almirante dejó claro que esta no es una biografía ni un retrato solemne del dictador. Se trata de una comedia en la que su aparición llega hacia el final de la historia. “Mi personaje entra casi al cierre, así que paciencia. El elenco es maravilloso y me siento afortunado de haber compartido con ellos”, explicó.
Interpretar a Fidel en cualquier pantalla nunca ha sido tarea fácil ni decisión libre de polémicas. Basta recordar cuando se anunció que James Franco lo interpretaría en otra producción, lo que provocó una avalancha de críticas. La presentadora nicaragüense Ana Navarro-Cárdenas lo resumió con dureza: “Quiero pensar que ningún latino querría interpretar y glorificar a un dictador asesino que atemorizó Cuba durante seis décadas”.
A pesar de esas críticas inevitables, Almirante asumió el reto y lo llevó con profesionalismo. Su trabajo ya genera curiosidad y, para bien o para mal, promete no dejar a nadie indiferente. ¿Será amado, odiado o simplemente recordado como el actor que se atrevió a ponerse en la piel de Castro en clave de comedia? Eso está por verse en las salas.