¿Recuerdas al galán de Los tres Villalobos? Pues Kristell Almazán, uno de los actores más reconocidos de su generación, acaba de romper el silencio sobre su ausencia prolongada en la televisión cubana. Y lo hizo sin pelos en la lengua, con un video en Instagram que dejó mucho de qué hablar.
Desde hace años sus seguidores se venían preguntando qué había pasado con él, por qué ya no lo veíamos en las pantallas del ICRT, y finalmente llegó la respuesta. Almazán explicó que no se ha tratado de falta de talento ni de ganas de trabajar, sino de un tema más profundo: su manera de pensar y de encarar la vida.
Con total sinceridad, confesó que siempre ha sido alguien que disfruta debatir, cuestionarse cosas y aprender. Según sus propias palabras, esa actitud puede incomodar a ciertos espacios que prefieren perfiles más sumisos y conformistas. “Quizás por eso me llaman poco para proyectos interesantes”, comentó. Una declaración que muchos interpretaron como una crítica directa a la industria televisiva cubana.
El actor recordó con mucho cariño su última gran aparición en el telecuento Los Pocillos, basado en el relato del escritor Mario Benedetti. Para él, ese proyecto fue un regalo porque le permitió escapar del molde de galán y explorar papeles más complejos, algo que siempre ha buscado como artista. Claramente, lo suyo no es quedarse en lo superficial.
Pero lo que más ruido hizo fue la crítica que lanzó a las telenovelas cubanas. Según Almazán, las condiciones en que se trabajan estos proyectos son precarias, no solo en lo económico, sino también en lo que él llamó “precaria coherencia”. Reconoció que los procesos de producción lo estresan y que hace años no se siente cómodo con los resultados que se logran en ese formato. ¡Directo y sin filtros!
Hoy, lejos de los sets televisivos, Kristell ha encontrado en la natación una nueva pasión que lo mantiene activo. Sin embargo, sus aspiraciones artísticas siguen firmes. Asegura que le encantaría participar en programas o producciones más cortas, de dos o tres meses, relacionadas con temas que lo apasionan como el cine, el arte y la naturaleza. También sueña con tener un espacio fijo como conductor, pero lamenta que esas oportunidades nunca le han llegado.
A sus 46 años, Almazán sigue siendo un rostro muy querido por el público cubano. Su trayectoria lo avala: papeles memorables en series como La cara oculta de la luna, Tierras de fuego y Los tres Villalobos, además de incursiones en policiacos, teleplays y hasta el cine, donde interpretó al independentista Ignacio Mora en El Mayor. Y aunque no lo veamos tanto en pantalla, su nombre sigue vivo en la memoria de quienes crecieron viéndolo actuar.