La actriz cubana Maikel Amelia, conocida en todo el país por su personaje de la mayor Lucía en el policiaco Tras la Huella, volvió a dar de qué hablar, pero esta vez no por un papel en la televisión, sino por sus reflexiones sobre la realidad cubana actual.
Y es que si alguien ha tenido que ver de cerca las contradicciones de la sociedad, ha sido ella. Durante más de una década, Maikel se ha metido en la piel de una oficial de la PNR en la serie más vista de la TV nacional. Sin embargo, lo que confesó recientemente en el podcast La Familia Cubana muestra que detrás de la ficción también hay preocupaciones reales que la tocan de cerca.
El tema que puso sobre la mesa es uno que genera debate y alarma: el consumo de drogas entre adolescentes en Cuba, en particular el tristemente famoso “químico”. Con una mezcla de indignación y tristeza, la actriz expresó: “Me preocupa mucho la juventud, me preocupa que los adolescentes estén desperdigados por las calles, que los padres no tengamos la conciencia de cómo es posible permitir que un niño de 11 años esté a las 12 de la noche en la calle”.
Maikel fue clara: aunque Cuba sigue siendo, en comparación con otros países, un lugar seguro, la realidad ya no es la misma de antes. “Hoy veo marihuana, químicos, violencia… y eso me alarma”, confesó. Según ella, es común llegar de un rodaje a las tres de la madrugada y encontrarse en su propio barrio con grupos de muchachos de apenas 13 o 14 años fumando en las esquinas.
La actriz no se quedó en la simple crítica, sino que conectó el fenómeno con el futuro del país. “Pienso en qué será de esos niños que terminan en un hospital y los padres ni se enteran hasta la mañana siguiente. ¿Hasta qué punto somos responsables los padres y también la sociedad en general?”, cuestionó con total seriedad.
Para Maikel Amelia, lo que atraviesa la isla no es solo un problema de drogas, sino un “desorden social” que amenaza con romper las normas básicas de convivencia. Aunque defendió que Cuba todavía tiene un nivel de seguridad que muchos países envidiarían, admitió que la sensación de tranquilidad que ella vivió en su juventud ya no existe.
Su advertencia fue fuerte y clara: “Cuando en una sociedad se permite que se rompan tantas normas de conducta, llega un momento en que ya no hay forma de contenerlo. Y eso me preocupa mucho”.
Sin dudas, las palabras de Maikel Amelia reflejan un sentimiento que muchos comparten: la preocupación por una juventud expuesta a riesgos cada vez mayores, en un contexto social marcado por carencias y falta de control. Y viniendo de alguien que durante años interpretó a una mujer que luchaba contra el delito en la ficción, la reflexión cobra aún más peso.
