El querido meteorólogo José Rubiera, voz imprescindible para los cubanos cada vez que se habla de ciclones y tormentas, salió al paso de los rumores sobre su supuesto fallecimiento y aclaró que goza de buena salud.
En un video compartido por el Instituto de Meteorología (Insmet), el doctor de 79 años aseguró con su estilo sereno y directo: “Estoy muy bien, perfectamente bien. Trabajo todos los días. Tengo mi canal de YouTube, donde comento todo lo que ocurre en la zona tropical”. Su mensaje vino acompañado por una publicación del Insmet en la que subrayaron que Rubiera sigue “fuerte y saludable, listo ante los huracanes”.
La aclaración se hizo necesaria luego de que en redes circularan falsos rumores sobre su muerte, algo que causó preocupación entre los cubanos. Las muestras de cariño no se hicieron esperar: muchos usuarios celebraron que el doctor desmintiera la noticia y le desearon salud y larga vida. “Usted es el mejor, lo queremos mucho”; “Doctor, su pueblo lo necesita”; “Dios lo bendiga y le dé más años de vida”, fueron algunos de los mensajes compartidos por la gente.
Rubiera, que sufrió un infarto en 2020 y logró recuperarse, no es solo un meteorólogo reconocido: ha sido director del Centro Nacional de Pronósticos, investigador, docente, y la figura más confiable para la población cuando de huracanes se trata. Su capacidad para explicar fenómenos complejos de forma sencilla lo convirtió en un referente nacional desde los años 80.
El científico ha representado a Cuba en organismos internacionales como el Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial, y también ha trabajado como asesor en temas climáticos para Nicaragua y México. Reconocido con títulos honoríficos, premios y hasta condecoraciones del régimen, Rubiera nunca dejó de impartir clases ni de participar en medios de comunicación, incluso después de su jubilación.
Aun así, vale señalar que el prestigio de Rubiera se sostiene sobre su trayectoria profesional y el cariño del pueblo, no sobre los méritos políticos que el régimen intentó imponerle al hacerlo diputado en la Asamblea Nacional. Porque si algo distingue al doctor es que los cubanos lo respetan por su labor científica, no por la propaganda oficial que lo utilizó como rostro de credibilidad en un sistema lleno de mentiras.