El régimen vuelve a quedar en ridículo. Esta vez, el que sufrió en carne propia la inseguridad que vive el pueblo fue Osbel Lorenzo Rodríguez, primer secretario del Partido Comunista en Las Tunas, quien habría sido asaltado y golpeado dentro de su propia vivienda en la madrugada del pasado sábado, según reportes que circularon en redes sociales.
De acuerdo con testimonios recogidos por la activista Lara Crofs, el dirigente fue “agredido físicamente” durante el robo en su casa, ubicada en el barrio El Marabú, en el Consejo Popular Santo Domingo.
La noticia corrió como pólvora entre los vecinos, que ese mismo sábado amanecieron con la sorpresa de ver su comunidad invadida por patrullas y boinas negras. “El área está completamente cerrada, hay más de cinco carros de policía y hasta un camión lleno de tropas especiales custodiando la zona”, detalló Crofs en Facebook.
Sin embargo, pese al despliegue policial, los habitantes del lugar dicen que nadie sabe con certeza qué pasó dentro de la casa del funcionario. Lo único que queda claro es que el régimen quiere manejar el tema con pinzas, porque no se trata de un simple robo a cualquier vecino, sino de una figura de peso dentro del aparato del PCC.
Un dirigente sin apoyo popular
Hasta el momento, el gobierno cubano no ha dicho ni media palabra sobre el asalto. Y es que, según se comenta en la provincia, Lorenzo Rodríguez “no goza de estima en la región”, lo que hace aún más incómodo el incidente para las autoridades, temerosas de que la noticia se convierta en combustible para la crítica y el choteo popular.
Curiosamente, apenas un día antes, el propio Periódico 26 —vocero oficialista— reseñaba la participación del dirigente en un programa televisivo donde hablaba de “los problemas del territorio”. Un discurso que, como siempre, quedó en pura muela, porque el pueblo sigue igual de abandonado y sin soluciones reales.
Un cuadro reciclado del sistema
Rodríguez fue nombrado primer secretario del PCC en Las Tunas en marzo de este año, después de haber estado al frente del Partido en la Isla de la Juventud. A sus 51 años, el funcionario presume de ser licenciado en Educación y tener más de 25 años de “experiencia administrativa y política”. Pero en la práctica, su carrera no es más que el mismo reciclaje de cuadros del sistema que repiten consignas sin resolver los problemas de nadie.