Si pensabas que las estafas eran cosa de internet, piénsalo de nuevo. En Guantánamo ha surgido una nueva modalidad de fraude con motos que tiene a más de uno alerta. La dinámica es sencilla pero efectiva: alquilan la moto, entregan un carnet como garantía… y luego desaparece. Lo peor es que la víctima queda sin dinero y, muchas veces, sin posibilidades legales de recuperarlo.
El caso lo denunció en Facebook el usuario Alexander Ríos Cruz, quien contó que le alquilaron una moto y le pidieron fotografiar el carnet del supuesto dueño como garantía. Hasta aquí, todo normal. Pero al entregar el vehículo, el “propietario” vende la moto a otra persona y la reporta como robada. Resultado: la moto se pierde, y quien la compró legalmente pierde su dinero.
Afortunadamente, en esta ocasión la moto fue recuperada. Sin embargo, el dinero de quienes la compraron se perdió y no había forma de reclamarlo ante ninguna autoridad, pues el vehículo figuraba como sustraído. La publicación de Ríos generó rápidamente eco en redes sociales, y muchos cubanos compartieron experiencias similares en varias provincias.
Por ejemplo, Adany Crespo, desde Artemisa, comentó: “A mí me pasó lo mismo; quien me alquiló la moto está preso y la moto nunca apareció”. Mientras tanto, Eduardo García dejó un consejo que duele pero sirve: “La moto no se presta ni se alquila, aprendan que los tiempos de hoy no son los de antes”. Y Milagros Ramírez fue más allá, criticando la falta de oportunidades: “Aquí se permite el vago, no estudian, no trabajan… ¿por qué no los ponen a sembrar arroz, tabaco o café?”
La inseguridad con las motos no se queda en Guantánamo. En Miami, un cubano perdió 1,200 dólares al intentar comprar una moto eléctrica para su hermana en la isla a través de Revolico, siendo estafado por falsos vendedores que desaparecieron con el dinero. En Santiago de Cuba, la policía tuvo que organizar un acto político para devolver siete motos robadas, mientras la población cuestionaba la efectividad del MININT.
El fenómeno incluso ha llevado a recompensas millonarias. En La Habana, un ciudadano ofreció 200,000 pesos por recuperar su moto, mientras que en Villa Clara alguien ofreció 1,000 dólares por información que permitiera hallar otro vehículo sustraído. Y no hablamos solo de estafas o robos discretos: en La Habana una cámara captó el momento exacto en que una moto eléctrica era robada a plena luz del día.
Finalmente, los operativos policiales confirman que hay redes organizadas detrás de esto. Recientemente, tres personas fueron detenidas en Pinar del Río por un robo millonario de motos, mostrando la rapidez y violencia con que actúan estos grupos. La lección es clara: hoy en Cuba, si quieres una moto, debes andar con cuidado porque el peligro puede estar más cerca de lo que crees.