Después de casi dos meses sin aparecer en público, Raúl Castro sorprendió a todos este viernes durante un acto oficial en La Habana, poniendo fin a semanas de especulaciones sobre su salud. El general retirado, de 94 años, acompañó al presidente Miguel Díaz-Canel en la ceremonia por el 60 aniversario de la creación del primer Comité Central del Partido Comunista.
El evento, que se celebró en la Sala Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), reunió a figuras históricas del régimen, como Ramiro Valdés Menéndez y José Ramón Machado Ventura. La Presidencia de Cuba compartió imágenes del acto en la red social X, destacando la presencia de Castro junto a Díaz-Canel en lo que describieron como una jornada “de muchas emociones”.
Su aparición se da en un contexto de intensos rumores sobre su estado de salud, alimentados por la ausencia prolongada y el hermetismo de los medios estatales. Hasta agosto, la última vez que se le vio fue en Birán, durante la conmemoración del 99 cumpleaños de Fidel Castro, donde se mostró visiblemente frágil y fue asistido en sus desplazamientos.
La ausencia de Raúl en el funeral del viceprimer ministro Ricardo Cabrisas en septiembre aumentó las sospechas. Mientras la cúpula política participó en el homenaje, él solo envió una ofrenda floral, sin imágenes ni menciones directas, lo que disparó comentarios sobre un posible agravamiento de su salud.
Los rumores llegaron a su punto máximo a finales de septiembre, cuando perfiles falsos en Facebook y páginas parodia difundieron la supuesta muerte de Castro. La información, replicada sin verificación, se viralizó durante días hasta que el autor del bulo admitió que era un invento. En respuesta, el régimen lanzó una campaña masiva en redes con el eslogan “Raúl es Raúl”, mostrando fotos en uniforme, mensajes coordinados y etiquetas (#RaúlEsRaúl, #YSigueAquí) para reafirmar su vitalidad.
Más allá del acto histórico, la presencia de Castro tiene un alto valor simbólico. Sirve para cerrar el ciclo de rumores y proyectar una imagen de unidad y continuidad del régimen. Díaz-Canel recordó la creación del Partido Comunista como “síntesis de lo mejor de la sociedad cubana” y mencionó la necesidad de resistir la “guerra mediática”, en referencia indirecta a los rumores sobre Raúl.
El evento también rindió homenaje al periódico Granma en su 60 aniversario, mientras Díaz-Canel pidió recuperar su relevancia ante lo que llamó una “recrudecida guerra mediática”. La aparición de Raúl recuerda que, aunque la generación histórica es frágil y retirada, su figura sigue siendo símbolo de legitimidad para el aparato político cubano.
En medio de apagones y crisis económicas, la reaparición de Raúl Castro no solo cierra un capítulo de especulación sobre su salud, sino que refuerza la narrativa oficial: en Cuba, el viejo general sigue siendo Raúl, y su presencia importa más como símbolo que como actor político activo.
