El municipio de Moa, en la provincia de Holguín, vivió este viernes un momento desgarrador tras una potente descarga eléctrica que dejó un saldo de tres fallecidos y cuatro heridos. La noticia, que circuló rápidamente en redes sociales, confirma la vulnerabilidad ante tormentas eléctricas en varias zonas de Cuba.
La periodista Yulieska Hernández García dio a conocer los nombres de las víctimas: Eniolquis Romero Terrero, de 33 años y residente en Guamá, Baracoa; Leonel Velázquez Legrá, de 34 años, del reparto Armando Mestre en Moa; y Lázaro Rodríguez Peña, de 36 años, originario de la ciudad de Holguín.
El impacto ocurrió en el poblado rural de Cupey, sobre la carretera Moa-Baracoa, y además de los fallecidos, cuatro personas resultaron lesionadas. Las autoridades locales, incluyendo la secretaria del Partido en Moa, Yiganis Cruz Martínez, y otros miembros del Buró Municipal, se presentaron tanto en el hospital como en el lugar del accidente para coordinar la atención a los afectados y acompañar a los familiares.
Entre los heridos se encuentran: Yuxander Robles Robles, con temblores y entumecimiento en los pies; Irelemis Ortiz del Rosario, con entumecimiento en extremidades; Lisbeth Pajan Silot, que sufrió pérdida de conocimiento y escoriaciones en los ojos; y Dantry Revé Quiala, con escoriaciones en rodilla y tobillo. Todos ellos fueron estabilizados y permanecen bajo atención médica.
Este incidente se suma a una preocupante cadena de accidentes por rayos en Cuba en 2025. Solo este año, se reportaron muertes por descargas eléctricas en Bauta (Artemisa), Manicaragua (Villa Clara), Colón (Matanzas) y la ciudad de Holguín. En julio, jóvenes en Ciego de Ávila estuvieron a punto de ser alcanzados por un rayo mientras jugaban fútbol bajo la lluvia, recordando la peligrosidad de estas tormentas.
Moa ya había sido escenario de tragedias similares: en mayo de 2023, un rayo impactó cerca del edificio de la Empresa de Servicios a la Unión del Níquel (ESUNI), dejando inicialmente a siete personas heridas y causando la muerte de Dunielquis Fonseca Borges, especialista en Gestión Económica de la empresa.
Las cifras son alarmantes: entre 1987 y 2023, las tormentas eléctricas han causado al menos 1,892 muertes en Cuba, según el Instituto de Geodesia y Astronomía (IGA), con un promedio de 51 fallecidos por año. Aunque ha habido una tendencia decreciente, los riesgos siguen siendo altos, y los daños económicos derivados de estos fenómenos son difíciles de cuantificar.
Desde 2024, instituciones como el IGA, el Instituto de Meteorología, la Universidad de La Habana, el Cuerpo de Bomberos y la Agencia de Protección Contra Incendios (APCI) trabajan en un Sistema de Alerta Temprana, estudiando vulnerabilidades y buscando reducir los efectos devastadores de las tormentas eléctricas.
El trágico episodio en Cupey vuelve a encender la alerta sobre la importancia de la prevención, la educación y la rapidez de respuesta ante descargas eléctricas, recordándonos que la naturaleza puede ser tan hermosa como peligrosa.