En Cuba, conseguir agua potable se ha vuelto una auténtica odisea, y lo que está pasando en pleno Vedado es la prueba más clara de ello. Un residente de esa céntrica zona de La Habana decidió contar en redes sociales el viacrucis diario que enfrenta junto a sus vecinos: más de dos meses de crisis y más de 60 días sin acceso estable al agua. Sí, en pleno 2025 y en una de las zonas más visibles de la capital.
En su publicación, que ya ha generado cientos de comentarios, el usuario identificado como @romeo_la_maravilla_oficial lanzó un grito desesperado: “Dios nos salve a todos los cubanos”. Sus palabras reflejan el cansancio de vivir día tras día con un problema que no parece tener solución, mientras las autoridades miran para otro lado.
El vecino explicó que en su zona hace más de dos semanas que no llega una gota de agua por las tuberías. La única alternativa es pagar una pipa particular, cuyo precio es de locura: hasta 25,000 pesos cubanos. Y para colmo, apenas dura dos días. Es decir, un lujo imposible para la mayoría, equivalente a varios salarios completos en un país donde el dinero cada vez vale menos.
La comunidad no se ha quedado callada. Según este testimonio, ya han planteado el problema al delegado del Poder Popular, pero la respuesta siempre es la misma: promesas vacías y nada resuelto. “No resuelve nada”, escribió con indignación el afectado, que además relató cómo los vecinos se levantan bien temprano para ir a buscar agua en una toma improvisada cerca de la sede del periódico oficialista Tribuna de La Habana. El contraste es doloroso: mientras los medios del régimen insisten en vender una Cuba “resistente”, la gente se parte la espalda cargando cubos para poder cocinar o bañarse.
El caso del Vedado no es un hecho aislado. Desde hace años, en distintos municipios de La Habana los residentes denuncian en redes sociales los apagones hídricos, la falta de mantenimiento en la infraestructura y la proliferación de un mercado negro que se aprovecha de la necesidad. Para muchos, pagar una pipa no es una opción, y la única alternativa es recurrir a largas colas y a soluciones improvisadas para poder sobrevivir.
Lo más alarmante es que hablamos de El Vedado, un barrio céntrico, turístico y vitrina de la capital. Si ahí la crisis del agua luce tan grave, ¿qué queda para las zonas periféricas y olvidadas? El testimonio de este vecino se suma a una larga lista de denuncias que muestran cómo el sistema de servicios básicos en Cuba está en colapso total.
Mientras tanto, los cubanos siguen levantándose cada día con la misma pregunta: ¿habrá agua hoy?
