Una publicación en la página de Facebook Holguín en Fotos encendió las redes este fin de semana, luego de mostrar imágenes de trabajadores del Parque Monumento Nacional Bariay vestidos como los antiguos aborígenes cubanos.
El post, acompañado de varias fotos, explicaba que los empleados del parque estaban “rindiendo homenaje a las raíces más profundas de nuestro país”, recreando el baile del areíto, símbolo de comunidad y respeto por la naturaleza.
Pero lo que pretendía ser un tributo a la historia terminó provocando una avalancha de comentarios, muchos cargados de ironía y frustración. En lugar de ver una representación cultural, buena parte de los internautas lo tomó como una metáfora viviente del retroceso que sufre Cuba bajo el régimen actual.
“La tribu avanza y eso les molesta”, comentó con sarcasmo un usuario, recordando uno de los gastados lemas del oficialismo. Otro soltó una broma que se volvió viral: “Ya están listos para que los vuelvan a descubrir”, aludiendo al viaje de Cristóbal Colón en 1492.
Los comentarios se multiplicaron con el humor típico del cubano, pero también con una profunda carga de desencanto social. “Cuando un disfraz deja de serlo”, escribió otro usuario, resumiendo en una línea la sensación de que el país ha vuelto a una especie de edad primitiva.
“No es un homenaje, es un entrenamiento”, añadió alguien más, mientras otro sentenció: “Ese es el futuro del cubano”. Muchos coincidieron en que la escena parecía un retrato fiel del rumbo que lleva el país: descalzo, empolvado y sin rumbo.
Algunos, sin embargo, defendieron la iniciativa. “Muy bonito. Que no se pierda la cultura y las tradiciones”, comentó una usuaria, mientras otra compartió su experiencia positiva tras visitar el lugar. Desde la propia página, una representante del parque respondió con orgullo: “Estamos listos cada día para recibir a los visitantes y mantener viva la historia de este sitio tan especial”.
El Parque Monumento Nacional Bariay, en Holguín, es conocido por ser el punto donde supuestamente Colón desembarcó por primera vez en Cuba. Hoy forma parte del patrimonio cultural de la isla y realiza actividades turísticas centradas en las culturas indígenas.
Sin embargo, esta publicación terminó siendo algo más que una simple promoción turística. Se convirtió en un espejo del país, donde la nostalgia por lo ancestral se mezcla con la desesperanza de un pueblo que siente que vive atrapado en un ciclo de atraso y supervivencia.