Después de semanas llenas de rumores, silencios y especulaciones, Raúl Castro volvió a aparecer en la televisión cubana, y claro, internet se encendió. Las imágenes del exmandatario llegaron justo cuando las redes hervían con teorías sobre su salud y posibles complicaciones. Pero nada de eso fue aclarado: el mensaje fue otro. Unidad, continuidad y más de lo mismo.
“¡Ahí está Raúl!”: el regreso televisivo del general
Este sábado, la televisión estatal transmitió un acto oficial por el 60 aniversario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del periódico Granma, donde, sorpresa para muchos, Raúl Castro apareció en primera fila.
Las cámaras lo mostraron entrando al salón junto a Miguel Díaz-Canel, recibiendo una prolongada ovación del público, como si quisieran dejar bien claro: “tranquilos, el general todavía se mueve”.
La escena fue cuidadosamente editada: aplausos, flores, música épica y Raúl saludando con esa sonrisa medida que ya le conocemos. A su lado, los incombustibles José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés, viejos compañeros de batallas políticas, completaban la imagen de continuidad que el noticiero quería proyectar.
Un evento sin respuestas, pero con mucho simbolismo
Lo curioso es que el material televisivo evitó por completo cualquier mención a la salud del general, pese a los rumores que llevaban semanas corriendo por las redes.
Nada de declaraciones médicas, nada de aclaraciones. Solo un evento lleno de solemnidad, discursos sobre la “unidad como garantía del proyecto revolucionario” y muchas referencias al papel histórico de Granma y del Partido.
Díaz-Canel, como era de esperarse, aprovechó el micrófono para hablar de “lealtad, compromiso y lucha contra las campañas enemigas”. El mensaje fue claro: Raúl sigue siendo el símbolo de la continuidad, aunque no sepamos si está bien, regular o convaleciente.
Una aparición que responde, pero no explica
El regreso televisivo del general parece haber sido una respuesta indirecta a los rumores, una especie de “miren, aquí está, no se preocupen”. Pero al mismo tiempo, no despeja las dudas.
La pieza cumplió su función política: mostrar a Raúl como figura viva del sistema, mientras mantiene en la sombra cualquier detalle sobre su estado físico.
Semanas de silencio y especulaciones
Su última aparición pública había sido el 13 de agosto en Birán, durante el homenaje por el cumpleaños 99 de su hermano Fidel. En aquel momento, Raúl se veía visiblemente más frágil, apoyado por funcionarios al caminar.
Después de eso, solo se le mencionó en notas de prensa por enviar ofrendas florales o mensajes protocolares, pero nada de verlo en persona.
Su ausencia en el funeral del viceprimer ministro Ricardo Cabrisas, el pasado 17 de septiembre, fue la chispa que encendió todas las sospechas. Las redes se llenaron de teorías y hasta memes, mientras el silencio oficial alimentaba más la curiosidad.
Y ahora, con esta aparición en televisión, muchos cubanos sienten que el gobierno intentó apagar el fuego sin decir una sola palabra. Porque sí, Raúl reapareció, pero su imagen –más simbólica que real– sigue dejando preguntas sin respuesta.