Lo que debía ser una tarde tranquila en el oriente cubano terminó en una pesadilla. En la comunidad de El Castillito, kilómetro 11 y medio, Santiago de Cuba, un hombre de 76 años, identificado como Wilfredo Calzadilla, fue brutalmente atacado con un machete. El agresor, Roberto Vega, huyó del lugar y, hasta el momento, sigue prófugo.
La noticia ha corrido como pólvora en los barrios santiagueros, donde muchos no pueden creer que alguien haya sido capaz de atacar así a un anciano indefenso. Vecinos y familiares están indignados y reclaman a las autoridades una respuesta inmediata.
Según contó una fuente local al periodista Yosmany Mayeta Labrada, Vega era un viejo conocido en la zona por supuestas estafas con piezas de televisores. Sin embargo, nadie imaginó que sus conflictos terminarían de una manera tan violenta.
Tras el ataque, Wilfredo fue trasladado de urgencia a la casa de su hija, en Veguita de Galo, donde permanece bajo cuidado. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran heridas profundas y señales del brutal machetazo que casi le cuesta la vida.
Y aunque la familia ya presentó la denuncia ante la policía, no ha habido respuesta oficial ni avances visibles en la búsqueda del agresor. Cansados de esperar, los propios hijos del anciano han comenzado a rastrear por su cuenta el paradero de Roberto Vega, decididos a que no quede impune.
La situación ha dejado en evidencia un problema que crece cada día más en el oriente del país: la violencia y la sensación de desamparo. Varios vecinos de El Castillito afirman que los asaltos, los machetazos y los robos son cada vez más frecuentes, mientras la policía parece ausente.
No es el primer episodio violento que sacude a Santiago de Cuba en los últimos meses. A inicios de septiembre, dos personas fueron apuñaladas durante un asalto en el Distrito José Martí, donde los delincuentes se llevaron una fuerte suma de dinero. Días después, varias mujeres fueron atacadas en plena calle Trocha, a la vista de todos, sin que nadie interviniera a tiempo.
Y por si fuera poco, los santiagueros aún recuerdan el escalofriante caso del llamado “asesino caníbal”, un crimen que conmocionó al país entero y dejó al descubierto la gravedad de la inseguridad en la región.
Las cifras tampoco mienten. Según el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana, en 2024 se registraron más de dos delitos diarios en Cuba, con un incremento superior al 50 % respecto al año anterior. Santiago, junto con La Habana, Matanzas y Holguín, encabeza la lista de provincias más violentas.
La historia de Wilfredo no es solo la de un anciano atacado: es la de miles de cubanos que viven con miedo, entre machetes, robos y una justicia que muchas veces parece mirar hacia otro lado.
