El tema del exilio de José Daniel Ferrer está que arde, y nadie lo ha dicho tan claro como Alexander Otaola. El influencer cubano no se guardó nada al hablar sobre la reciente carta del líder opositor, quien anunció que aceptaba salir del país después de años de torturas y presiones por parte del régimen cubano.
Otaola comenzó su análisis destacando la valentía y trayectoria de Ferrer, insistiendo en que merece “respirar en libertad” y ser recibido en Estados Unidos como un verdadero héroe y un “mártir, pero vivo”. Sus palabras tenían un peso emocional evidente: “Ferrer merece recuperar su estabilidad emocional, su familia y la libertad. Ha dado más que nadie por un pueblo que casi ni se mueve por exigir que lo liberen”, afirmó en su programa.
Para el presentador, mantener a Ferrer en prisión ya no tiene sentido. Recordó que ninguna huelga de hambre ni resistencia en la cárcel cambiará la situación, y reafirmó que la salida de Ferrer no es un acto de debilidad: “Ha hecho todo lo que estaba a su alcance. Merece ser un patriota y un héroe vivo, y nada va a resolverse dentro de la prisión”.
Pero Otaola también fue crítico con la pasividad de la disidencia y con quienes alguna vez se beneficiaron del sacrificio de Ferrer. “Ni los que iban a comer a su casa se han dignado a protestar frente a la cárcel. Eso duele y molesta”, denunció. A pesar de apoyar la decisión del exilio, no ocultó su escepticismo: sospecha que el régimen podría usar la maniobra como estrategia política, como ya ha pasado con otros activistas.
El influencer también recordó los ataques que recibió Ferrer por parte de ciertos opositores tras su excarcelación. “Se lanzaron sobre él sin siquiera considerar que estuvo cuatro años preso. Eso no se olvida”, dijo, visiblemente molesto.
Otaola hizo un repaso a la vida de Ferrer, desde su participación en la Primavera Negra hasta su rol dentro del grupo de los 75. “Ha perdido juventud, salud y fuerza por la causa de la libertad. Este hombre ha entregado tiempo, energía y vida”, resaltó. Además, destacó que la carta de Ferrer fue escrita bajo presión, especialmente por la preocupación por su familia: “Él mismo lo dice: ‘lo hago por mi familia’”.
Sobre el régimen, Otaola no tuvo piedad: asegura que la dictadura quiere mostrar a Ferrer como alguien que cedió. “Es la misma estrategia: presionarlo para vender la imagen de que se quebró”, explicó. Pero subrayó que Ferrer dejó claro que no aceptará ningún tipo de concesión.
Finalmente, Otaola cerró con un mensaje de esperanza y reconocimiento: Ferrer es un símbolo de integridad y su salida, de concretarse, fortalecería su figura internacionalmente. “El final de la dictadura está más cerca de lo que pensamos. Saben que todo se les desmorona y por eso intentan manchar la imagen de Ferrer”, concluyó.
Mientras tanto, su esposa denuncia que el régimen sigue bloqueando la salida y manteniendo a Ferrer bajo tortura psicológica. Aun así, la firmeza del líder de la UNPACU se mantiene intacta: “Nos han arrebatado casi todo, pero no nuestra moral”.
