A veces los verdaderos héroes no usan capa, sino bata blanca. Es el caso de José Ibraín Venereo Jiménez, un joven veterinario cubano que decidió meter la mano —literalmente— para salvar la vida de una jutía que estaba a punto de ser sacrificada en rituales religiosos.
José, conocido también por su contenido educativo en redes sociales, contó en Instagram cómo dio con el animal. Navegando por Internet, vio un anuncio que ofrecía a la jutía en venta. Sin pensarlo dos veces, sacó 5 mil pesos de su bolsillo y la compró, pero no para tenerla como mascota, sino para devolverla a la libertad.
“Pasó un buen tiempo conmigo hasta que encontré un lugar seguro donde liberarla”, contó el joven en uno de sus videos, donde también presentó a la protagonista de la historia: una jutía que bautizó con el nombre de Goku.
Durante esos días en su casa, Goku dejó claro que no estaba para mimos. En una ocasión, incluso mordió al veterinario en la mano. Pero José, lejos de enojarse, lo tomó con humor:
“Miren qué cool, me mordió una jutía. Sí, una marca de jutía”, bromeó entre risas, mostrando las huellas del encuentro.
Cuando finalmente llegó el momento de devolverla a la naturaleza, José la trasladó en un maletín cerrado, cuidando que nadie la viera, y la llevó hasta un bosque cercano. Allí, la pequeña Goku se mostró temerosa, observando su nuevo entorno con desconfianza. Sin embargo, con un poco de paciencia, el joven logró que la jutía bajara del árbol y se perdiera entre la vegetación.
“Fue un momento mágico”, relató José, quien no solo se despidió de Goku, sino que aprovechó para dar una lección importante sobre el respeto a la fauna cubana.
En otro video, explicó que las jutías son especies endémicas de Cuba y están en peligro crítico de extinción, amenazadas por la caza, el consumo y la tenencia como mascotas.
“No las caces, chico. Mucha gente aquí se las come o las tiene encerradas, y eso las está acabando”, advirtió.
Además, hizo un llamado a sus seguidores:
“Si alguien encuentra o adquiere un animal en peligro, contáctenme. Yo lo libero o lo llevo a un refugio, pero que viva libre”.
No es la primera vez que este joven conmueve a las redes. En septiembre, José protagonizó otra historia viral al liberar tres jicoteas, una de las cuales pareció “agradecerle” antes de partir, quedándose inmóvil mirándolo por unos segundos.
El rescate de Goku ha sido celebrado en redes como un gesto de amor, empatía y respeto hacia los animales. En medio de una Cuba donde las carencias golpean fuerte, historias como esta recuerdan que todavía hay quienes apuestan por la vida, la compasión y la conciencia ambiental.
