La vida en varios barrios de Marianao, en La Habana, se ha vuelto un verdadero calvario. Más de 27.000 habitantes enfrentan problemas críticos con el suministro de agua, la recogida de basura y los constantes apagones eléctricos. Muchos califican la situación como una crisis humanitaria sostenida, y las denuncias empiezan a sonar incluso frente a las cámaras del propio régimen.
“Llevamos 36 días sin agua, supuestamente hoy nos van a traer una pipa”, se quejó una vecina ante las cámaras de la televisión nacional, en un reporte de la periodista oficialista Gisela García Rivero. La mujer no solo señaló la falta de agua, sino que resumió la situación en pocas palabras: “Es el agua, es la basura, es la corriente… si fuera uno solo, está bien, pero son todos juntos”.
Otro vecino fue directo al grano: “El problema más grave es la basura, que la recogen cada 30 días. Cuando recojan la basura, se acaban las enfermedades”. Y no es exageración: los reportes locales señalan un aumento de enfermedades febriles, dengue y chikungunya, agravadas por la insalubridad y el deterioro del entorno.
A la falta de agua y la basura se suma la escasez de medicamentos en los policlínicos locales, según testimonios recogidos en el mismo reporte. La superintendente de Marianao, Yudelsy Díaz, reconoció que la recogida de desechos es uno de los servicios más afectados y admitió que no ha existido sistematicidad, además de que persiste “mucha indisciplina social”.
El gobierno asegura impulsar campañas de saneamiento, pero critica la poca participación ciudadana. Los vecinos, por su parte, están cansados de interminables horas de apagón, la falta de agua y la imposibilidad de protestar o exigir soluciones.
Incluso el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se refirió a la falta de participación ciudadana durante una jornada de saneamiento, criticando que en varios municipios de La Habana “no salió nadie a trabajar en la recogida de basura”. Según él, zonas como Diez de Octubre, Playa y La Lisa no realizaron ningún operativo. “¿En esos lugares no hay delegados? ¿No hay coordinadores políticos? Pues que vengan todos a rendir cuentas”, declaró, según medios oficiales.
A pesar de que más de 35.000 metros cúbicos de basura fueron retirados como parte del operativo, más de 1.000 circunscripciones siguen sin limpiar, dejando en evidencia la falta de un plan sostenible. Mientras tanto, ante la incapacidad del régimen para garantizar los servicios básicos, a la población se le responsabiliza de la crisis.
La situación en Marianao es un recordatorio palpable de que, mientras algunos discursos oficiales culpan a la ciudadanía, los barrios cubanos siguen sumidos en la precariedad, con agua que no llega, basura acumulada y enfermedades que acechan a los más vulnerables.







