¿Se imaginan ser un abuelo de 84 años y que te acusen de amenazar a un niño con un arma? Pues eso le pasó a Elso L. Rodríguez del Rey, un cubano residente en Hialeah, quien fue arrestado el pasado 4 de octubre tras un altercado que involucra a un menor de apenas 12 años. Pero él asegura que todo es un malentendido: “Yo no andaba con pistola, era el teléfono lo que tenía en el bolsillo”.
Según el reporte policial, el incidente ocurrió en un edificio del 138 W de la calle 26. Ahí, dicen los oficiales, Rodríguez del Rey golpeó la puerta de un apartamento, sacó un arma y amenazó al adolescente. Los testigos aseguran que incluso gritó cosas escalofriantes como: “Cuando le dispare y lo vayan a recoger, no vayan a decir nada”. Todo esto, según la versión de la policía, mientras sostenía un arma frente al niño.
El caso terminó con la detención del hombre, que no opuso resistencia, y la confiscación de la pistola como parte de la investigación. Durante la audiencia de fianza, una jueza de Miami-Dade determinó que había causa probable para el cargo de asalto agravado con arma de fuego, le fijó una fianza de 5,000 dólares y le ordenó mantenerse alejado del menor y su familia. Posteriormente, Rodríguez del Rey pagó la fianza y quedó en libertad bajo supervisión.
Ya fuera de la cárcel, Rodríguez del Rey habló con Telemundo 51 y negó categóricamente las acusaciones. “No, hombre, no. Yo no he amenazado a nadie. Yo andaba con el teléfono, como ando ahora. Es completamente injusto”, declaró mientras regresaba a su casa bajo supervisión policial para recoger algunas pertenencias.
El anciano explicó que todo comenzó por continuas molestias del adolescente: “El muchacho me estaba golpeando la puerta y dando vueltas por ahí. Fui a hablar con el manager para decirle que esto no podía seguir. No duermo bien”. Su vecina, Migdalia Núñez, también dio su versión, confirmando que Rodríguez del Rey era víctima de constantes hostigamientos nocturnos de jóvenes del vecindario, incluyendo rayones a su carro y ruidos que lo tenían “enfermo de los nervios”.
Aunque es propietario de un arma con licencia, el hombre insiste en que no la llevaba la noche del incidente: “Era el teléfono lo que tenía en el bolsillo, y ellos dicen que era la pistola. La mía estaba en mi apartamento”. También expresó su preocupación por el proceso judicial, recordando que es ciudadano estadounidense desde hace años y que espera que la situación se resuelva sin mayores problemas.
Por ahora, Elso L. Rodríguez del Rey debe cumplir con las condiciones de la corte y mantenerse alejado de la víctima mientras su caso sigue su curso. Una historia que mezcla vecindario conflictivo, malentendidos y la vulnerabilidad de la edad avanzada, dejando claro que la vida nunca deja de sorprender… ni de complicar las cosas.