Santiago de Cuba vuelve a estar en el ojo del huracán, pero esta vez no por la música ni el calor, sino por algo tan básico como el agua. Sí, el agua. Y es que varios residentes de la provincia denunciaron en redes sociales que lo que está saliendo por las tuberías parece cualquier cosa menos agua potable. Turbia, marrón, fangosa… un líquido que muchos aseguran “no sirve ni para las plantas”.
Todo comenzó con un video compartido por una vecina del barrio San Pedrito, quien mostró sin filtros cómo llenaba un recipiente con lo que parecía agua de un charco. “En vez de esperar que la trataran unos días, mira lo que nos están mandando, para acabar de matar al pueblo”, dijo indignada la mujer en el video que rápidamente se hizo viral, gracias a la publicación de Saúl Manuel en Facebook.
Lo peor es que, según fuentes locales, esta situación no se limita a San Pedrito. La misma agua turbia está llegando a distintos puntos de la provincia, dejando a miles de santiagueros sin opción. “Eso no sirve ni para bañarse, ni para cocinar, ni para nada”, contó una usuaria a Periódico Cubano. Y es que después de tantos meses con problemas en el suministro, ahora que finalmente el agua llega, resulta que es imposible usarla.
¿El motivo? Falta de filtros. Así de simple y de grave. Según reportes de medios locales, el sistema de tratamiento no tiene los equipos necesarios para purificar el agua que llega de las lluvias recientes. Es decir, el agua entra al sistema tal como cae del cielo… pero con todo el barro y sedimentos que arrastra.
Las lluvias de los últimos días han saturado los embalses y colapsado parte de la infraestructura de tratamiento, dejando a Santiago en una situación sanitaria peligrosa. Tanto así que la Universidad de Oriente anunció este viernes la suspensión temporal de las clases por “trabajos de mantenimiento” en el sistema de abasto. El comunicado, publicado en Facebook, asegura que la medida busca proteger la salud de estudiantes, profesores y trabajadores.
Mientras tanto, en los barrios, los vecinos hacen lo que pueden: almacenan agua en cubos, tanques y botellas, o la buscan de pozos y manantiales improvisados, arriesgándose a enfermedades gastrointestinales. La mayoría sabe que no es seguro, pero ¿qué otra opción queda cuando no hay respuesta oficial ni alternativas?
Expertos consultados coinciden en que esta crisis es consecuencia directa de la falta de inversión en sistemas de potabilización. Las lluvias, que deberían ser una bendición, se han convertido en una pesadilla para los santiagueros. Y mientras las autoridades guardan silencio, la incertidumbre crece junto con el barro que sale por las llaves.