Parece que el doctor Francisco Durán volvió a encender la chispa del malestar popular con sus últimas declaraciones. El conocido vocero del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) aseguró que en Matanzas no se han reportado fallecidos por arbovirosis y que los servicios de salud no están colapsados. Pero bastó que esas palabras salieran al aire para que las redes se llenaran de comentarios que desmienten, con dolor y rabia, esa versión “optimista” de la realidad.
En la página de Facebook de CiberCuba, donde se compartió la noticia, los cubanos no se contuvieron. “Doctor Durán, con el debido respeto, no se puede tapar el sol con un dedo”, escribió una usuaria. “Sí están muriendo personas, niños, adultos mayores… los hospitales dan asco, no hay ni para un análisis”. Su mensaje, lleno de frustración, refleja lo que muchos sienten: que las cifras del MINSAP no cuadran con lo que se vive en carne propia.
La mayoría de los comentarios coincidieron en lo mismo: el Gobierno está minimizando la gravedad del brote, especialmente en Matanzas, donde la gente reporta cada día más casos de fiebre alta, vómitos, y hospitales abarrotados. “Ese hombre se para frente al pueblo a manipular cifras”, dijo otro usuario. “En el pediátrico de Matanzas no cabe un alma y no hay medicamentos. ¿Qué país está viendo él?”.
Vecinos de barrios como Versalles y Pedroso contaron que las comunidades están “caídas una detrás de otra” con el virus, y que no se ha visto ni una sola fumigación en semanas. “Los mosquitos te comen vivo en la noche porque además de todo, hay apagones”, añadió otro internauta. Y es que el dengue no llega solo: se instala en medio de la basura sin recoger, la falta de agua y la desesperanza general que ya es rutina en la isla.
El propio MINSAP confirmó la circulación de tres virus —dengue, chikungunya y oropouche—, pero insiste en que “el número de casos graves es bajo”. Sin embargo, los testimonios cuentan otra historia: muertes que no se registran, niños sin atención médica, colapso en hospitales y farmacias desabastecidas. “Con respeto, doctor Durán, lo que usted está diciendo es mentira. Esto está fuera de control”, escribió un cubano que aseguró haber perdido a un familiar por la enfermedad.
Muchos ya piden abiertamente que Durán se jubile o, al menos, deje de repetir el mismo discurso que hace años no convence a nadie. “Antes la gente lo escuchaba con fe, ahora lo cambia o lo apaga”, comentó otro usuario.
Mientras tanto, la crisis sanitaria sigue creciendo. En varios municipios los vecinos denuncian que no hay reactivos para hacer análisis, ni paracetamol para bajar la fiebre. “Te dicen que tomes agua y te acuestes, pero el dengue no se cura con agua”, lamentó una madre matancera.
En su última aparición televisiva, el doctor Durán repitió que no hay tratamiento específico para estas enfermedades y recomendó “mantener la hidratación”. Pero cuando ni el suero ni las pastillas están al alcance, su consejo suena más a burla que a orientación médica.
La realidad, una vez más, contradice al parte oficial: Cuba vive una crisis epidemiológica, y el pueblo lo sabe. Por más que el MINSAP maquille las cifras, la voz de la calle no se puede silenciar con un parte de televisión.