Parece que en Santiago de Cuba ya ni los consultorios médicos se salvan. El Consultorio No. 2 del Policlínico Frank País, en el reparto Agüero, amaneció otra vez con las puertas rotas, los candados violentados y los estantes vacíos. Sí, leíste bien: volvieron a robar, y esta vez se llevaron hasta la pesa para los niños.
Este lugar ya había sido víctima de los ladrones hace poco más de un mes, y cuando los vecinos pensaban que lo peor había pasado, los delincuentes regresaron como si nada, en plena madrugada.
Un déjà vu criminal
Según contó el comunicador independiente Yosmany Mayeta Labrada, los delincuentes entraron rompiendo el candado y se llevaron no solo la pesa infantil, sino también pinzas de cura y otros insumos médicos que ni siquiera han podido inventariarse todavía. Lo triste es que este mismo consultorio ya había sido saqueado semanas atrás, cuando le arrancaron literalmente las tres puertas del local.
Y si te estás preguntando qué hizo la policía aquella vez, pues… los vecinos la llamaron de madrugada y los agentes respondieron con esa frase que ya se ha vuelto meme: “Iremos cuando amanezca.” Imagínate el malestar de la gente, viendo cómo la delincuencia va en aumento y las autoridades duermen a pierna suelta.
“Lo poco que quedaba, se lo están llevando poco a poco”
Así resumió una vecina del reparto Agüero la situación. El consultorio, que debería ser un lugar para cuidar la salud del barrio, hoy está destrozado y cada vez más vacío. Los médicos hacen lo que pueden, pero sin instrumentos, sin seguridad y con miedo a que cualquier noche los vuelvan a asaltar.
Mayeta lo dijo claro: estos robos reflejan la inseguridad total que viven los centros de salud pública en Santiago de Cuba, donde no hay vigilancia ni recursos para proteger lo poco que queda. “Mientras el pueblo pierde la fe y los médicos pierden sus herramientas, los ladrones siguen ganando terreno”, denunció. Y tiene razón.
Porque ya no se trata solo de un robo a un local: es un robo al derecho de la gente a ser atendida con dignidad.
Una ola de robos que no para
Lo más preocupante es que este caso no es el único. Apenas unos días después del robo en Agüero, otro consultorio en Nuevo Vista Alegre sufrió el mismo destino: los ladrones se llevaron la puerta principal.
Y no solo pasa en consultorios. Hospitales y policlínicos enteros también están siendo saqueados, sin que nadie responda. En La Habana, por ejemplo, un grupo de delincuentes vandalizó el laboratorio de Microbiología del Hospital Diez de Octubre, destruyendo muestras y reactivos, lo que dejó el servicio cerrado por casi un mes.
Casos similares se investigan en el Hospital Salvador Allende (La Covadonga), pero, mientras tanto, los enfermos y los médicos pagan las consecuencias.
Cuando hasta los hospitales son blanco fácil
Los robos a centros de salud son una señal más del desamparo general que vive Cuba. Sitios que deberían ser espacios de confianza y cuidado se han convertido en objetivos de los delincuentes, aprovechando la falta de vigilancia y la pasividad de las autoridades.
Porque cuando la inseguridad llega al punto de que se llevan la pesa de los niños de un consultorio, ya no hablamos solo de crisis económica… sino de una crisis moral y social profunda.