El influencer Alexander Otaola y la congresista republicana María Elvira Salazar protagonizaron un encendido debate sobre uno de los temas más calientes entre los cubanos en Estados Unidos: el famoso estatus migratorio I-220A. La charla tuvo lugar en El Mañanero, el popular programa de YouTube que conduce Otaola, y terminó dejando más de una frase para el análisis (y el debate en los comentarios, claro).
La conversación comenzó en tono relajado, con café y desayuno sobre la mesa, pero pronto se calentó cuando Otaola soltó su postura sin rodeos: los cubanos con I-220A, según él, deberían ser expulsados de Miami. El presentador aseguró que muchos de los que entraron al país con ese documento no lo merecen, y que algunos incluso tendrían vínculos con el régimen cubano. Para Otaola, la solución sería radical: “mano dura y deportación generalizada”.
María Elvira, sin embargo, no estaba dispuesta a seguir ese camino. Con su estilo firme pero diplomático, respondió:
“Yo soy miembro del grupo de Trump, pero no creo que se le deba quitar a los venezolanos el TPS ni la legalidad de los casos con I-220A. Los cubanos tienen la Ley de Ajuste Cubano, y eso es un derecho que no se puede borrar”.
La congresista defendió que se debe analizar caso por caso, porque no todos los migrantes son iguales. “Los justos no deben pagar por los pecadores”, subrayó, recordando además que ICE cuenta con recursos suficientes para revisar cada expediente individualmente. Aun así, reconoció que los controles actuales no están funcionando bien, y culpó directamente a la administración Biden por “haber dejado el desastre fronterizo” durante los últimos años.
“Ahora estamos en el otro extremo del péndulo”, dijo María Elvira, criticando tanto la falta de orden en el pasado como los excesos actuales. En su opinión, Estados Unidos tiene la capacidad de distinguir entre los cubanos que vienen a trabajar y aportar, y los que intentan aprovecharse del sistema. “No creo que la mayoría sean malos”, concluyó.
En eso, al menos, Otaola pareció coincidir parcialmente, aunque volvió a insistir en que el gobierno de Joe Biden es el gran responsable del caos migratorio actual. Ambos señalaron que la política de “frontera abierta” ha permitido la entrada no solo de inmigrantes comunes, sino también de delincuentes y hasta organizaciones del narcotráfico.
El intercambio no terminó sin hablar del tema que más pasión despierta entre ambos: el futuro de Cuba. Otaola preguntó si, tras la caída de Maduro, podría venir también el fin del castrismo. La congresista fue optimista:
“Bajo el liderazgo del presidente Trump, este hemisferio se va a liberar”, afirmó con seguridad.
Y agregó una idea que dio esperanza a muchos: “Cuando caiga la dictadura, el reto será que todos los cubanos —los de adentro y los de afuera— podamos reconstruir el país con un modelo económico estable y que atraiga inversión extranjera”.
Entre café, política y polémica, la entrevista dejó claro que el debate sobre el I-220A está lejos de terminar. Pero también demostró que, aunque las opiniones sean opuestas, el tema que une a todos sigue siendo el mismo: el futuro de Cuba y el derecho de los cubanos a prosperar en libertad.