Aunque en Holguín no se ha confirmado transmisión activa de arbovirosis, los reportes de casos de dengue y chikungunya se extienden ya por la mayoría de los 14 municipios. Según el periódico oficial ¡Ahora!, el riesgo se concentra en territorios como Holguín, Moa, Mayarí, Gibara, Rafael Freyre, Báguanos, Cueto y Urbano Noris.
La doctora Geanela Cruz Ávila, directora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, detalló que circula el serotipo cuatro del dengue y que se ha confirmado chikungunya en el poblado de Cristino Naranjo, en Cacocum. Aunque las autoridades insisten en que no hay transmisión demostrada, advierten sobre la posibilidad de brotes localizados en cualquier momento.
Cruz Ávila llamó a la población a acudir de inmediato al médico ante síntomas como fiebre, dolor muscular, articular o retroocular, cefalea o malestar general, y confirmó que se mantienen pruebas de laboratorio y PCR en coordinación con el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) para confirmar casos sospechosos.
Los factores ambientales complican aún más la situación. La sequía obliga a almacenar agua en los hogares, un escenario perfecto para que el mosquito Aedes aegypti se reproduzca. La especialista insistió en que la responsabilidad es compartida: las familias deben extremar la higiene doméstica, mientras que las autoridades estatales tienen la obligación de garantizar limpieza en calles, barrios y espacios públicos.
En Villa Clara, la situación tampoco es menor. Este jueves se activaron grupos temporales de enfrentamiento a las arbovirosis en los 13 municipios, tras un incremento de casos de dengue, chikungunya y Oropouche. Hasta ahora, se han reportado 14 casos graves, aunque oficialmente se asegura que no hay fallecidos.
El doctor Francisco Durán García negó los rumores sobre supuestas muertes en Matanzas, desmintiendo versiones que hablaban de “11 muertos en una sola noche”. Según su reporte, aunque la demanda de servicios de salud en la provincia es alta, los hospitales no han colapsado. Confirmó además la circulación de tres arbovirosis: dengue, con presencia sostenida; chikungunya, en expansión; y Oropouche, en descenso.
El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, reforzó la versión oficial en Matanzas: “No hay muertos en Matanzas por esta enfermedad. Ni hay casos graves ni críticos. Nadie puede esconder una epidemia ni los muertos”. Sin embargo, estas declaraciones han generado un fuerte rechazo ciudadano. Muchos cubanos aseguran que la realidad es otra y que sí se registran fallecimientos asociados a estas enfermedades.
Expertos alertan sobre una crisis de arbovirosis combinadas que el régimen no reconoce oficialmente, lo que limita la capacidad del sistema sanitario para enfrentar brotes múltiples. La historiadora y activista Alina Bárbara López Hernández denunció manipulación de la información en Matanzas, asegurando que existe una orden explícita de desmentir las muertes por arbovirosis.
La periodista matancera Yirmara Torres Hernández también rompió el silencio: “No hay muertos, pero los hay”, relatando el fallecimiento de una vecina por chikungunya. Criticó además la falta de control sanitario: “Vivimos en un estrés constante, mal alimentados, inmunodeprimidos… Las noches son de los mosquitos, las ratas, las cucarachas… ¿Qué control antivectorial va a haber así?”.
En La Habana, el hospital clínico quirúrgico Salvador Allende (La Covadonga) evalúa cerrar parcialmente sus servicios habituales para dedicar varias salas a pacientes contagiados, ante el aumento de casos de dengue y chikungunya. Fuentes internas confirmaron que una comisión provincial visitó el centro el 7 de octubre para planificar la reorganización hospitalaria ante un escenario epidemiológico cada vez más tenso.
En Ciego de Ávila, las autoridades locales han intensificado las labores de limpieza y eliminación de criaderos de mosquitos, especialmente en zonas con mayor generación de desechos sólidos, en un intento por frenar la propagación de estas enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti.
La situación revela una realidad preocupante: mientras el régimen insiste en minimizar la crisis, la población cubana enfrenta un riesgo creciente de brotes de arbovirosis, con servicios de salud desbordados y medidas preventivas insuficientes. El contraste entre las declaraciones oficiales y la experiencia de los ciudadanos evidencia nuevamente la falta de transparencia en la gestión sanitaria del país.