El líder opositor cubano José Daniel Ferrer García llegó a Miami este lunes tras haber sido desterrado por la dictadura cubana, y en sus primeras palabras desde suelo estadounidense confesó sentirse con “emociones encontradas”.
“Estoy feliz de estar con mi familia, sin miedo a que nos asalten la casa en cualquier momento; feliz de estar en tierra de libertad, con tantos buenos amigos y hermanos de lucha… pero triste, muy triste, por los que siguen presos”, declaró Ferrer a Telemundo 51, minutos después de arribar a la sede de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
A su llegada, fue recibido con un fuerte abrazo por Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá, en medio de aplausos y banderas cubanas ondeando. Con una bandera sobre los hombros, Ferrer agradeció el apoyo de la comunidad del exilio y aseguró que este momento, aunque de alegría, también está marcado por la tristeza.
“Es un momento de felicidad por estar con parte de mi familia —mi esposa, mis hijos, mi hermano, mi sobrino— y con tantos hermanos de lucha. Pero también es un momento duro, muy duro, porque otros cubanos siguen viviendo un infierno en las cárceles del régimen”, dijo el líder de la UNPACU.
Ferrer mencionó a varios de esos presos políticos, entre ellos Félix Navarro, Saylí Navarro, Sissi Abascal, Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Castillo y Lizandra Góngora, recordando que son solo algunos de los muchos cubanos encarcelados por pensar distinto.
“El país está en colapso total: no hay luz, los hospitales no funcionan, el transporte está en ruinas y las casas se caen a pedazos. Imagínense cómo estarán entonces las prisiones. Las cárceles del régimen son un verdadero infierno en la Tierra”, denunció con fuerza.
El opositor reconoció que jamás imaginó salir de Cuba, ni mucho menos que la dictadura seguiría en pie en 2025, pese a décadas de resistencia pacífica. Recordó sus inicios en la lucha política junto a su hermano en 1991 y su participación en el Proyecto Varela, impulsado por Oswaldo Payá, de quien afirmó fue “asesinado por la dictadura”.
“En aquel entonces pensábamos que el régimen no duraría cinco años más, y mírenlo… sigue ahí. Pero no es momento de lamentarse, es momento de actuar. Las condiciones hoy están dadas para acabar con la tiranía, dentro y fuera de Cuba. El régimen debe sentirse acorralado”, expresó Ferrer, con tono firme.
También hizo referencia al apoyo histórico que recibió la independencia cubana desde Estados Unidos: “Hasta nuestros mambises necesitaron el apoyo de este país. Martí, Maceo, Gómez y tantos otros tuvieron que salir, pero regresaron. Yo no pienso esperar 17 años como ellos; mi intención es regresar lo antes posible para ponerle el fin definitivo a la tiranía”.
Durante la conferencia de prensa, Ferrer fue claro: “La lucha continúa con más fuerza. Hay que acabar con la dictadura antes de que termine el gobierno de Donald Trump”.
El líder de la UNPACU señaló además que Estados Unidos debe asumir que el comunismo en Cuba es también su problema, pues representa una amenaza directa en la región. “Hay muchos infiltrados haciéndose pasar por opositores, dentro de Cuba y también aquí. Hay que estar alertas”, advirtió.
Ferrer llegó a Miami junto a su esposa Nelva Ismarays Ortega Tamayo y varios familiares, tras ser liberado de la prisión de Mar Verde en Santiago de Cuba. Su vuelo, escoltado por autoridades consulares estadounidenses, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Miami, donde lo esperaban decenas de compatriotas con banderas y lágrimas en los ojos.
Con su voz quebrada por la emoción, Ferrer cerró su intervención con una frase que resume su espíritu indoblegable: “Salí de una cárcel, pero Cuba sigue presa. Y mientras eso siga así, no hay descanso posible. La libertad de Cuba no puede esperar más.”
