El actor cubano Alejandro Cuervo sorprendió a su esposa, la odontóloga Arletis Rodríguez, con un automóvil blanco decorado con un enorme lazo rojo, en un gesto que mezcla romance y promoción comercial para MCV Comercial S.A., representante oficial de Mercedes-Benz en la isla.
En un video compartido por Cuervo, se ve la reacción emocionada de Arletis al descubrir el vehículo. Entre abrazos y besos, la pareja celebra mientras el momento culmina con la firma de documentos del auto. “Las grandes decisiones se toman con el corazón, pero también con la certeza de estar en buenas manos. Te amo mi reina, contigo todo ha sido posible. No fue casualidad porque con MCV Comercial S.A. encuentras transparencia, respaldo y garantías reales. Cada entrega es más que una compra, es la seguridad de estar eligiendo lo mejor”, escribió el actor en Instagram, dejando claro que, más que un regalo, se trató de una estrategia publicitaria de alto perfil.
Por las imágenes, parece que el vehículo es un FAW Bestune NAT E5, un auto eléctrico de origen chino distribuido en Cuba por MCV Comercial S.A. Este modelo ofrece 315 kilómetros de autonomía por carga y tiene un precio final de 20,280 USD, según el catálogo oficial de la empresa publicado a inicios de 2025.
Esta acción forma parte de una campaña de marketing más amplia de MCV, que ha involucrado a varios artistas y creadores cubanos, como Haila María Mompié, Carlos Luis González y el estilista Dorian Carbonell, entre otros, mostrando que la promoción de autos de lujo en la isla se ha convertido en un espectáculo mediático.
Lujo en medio de la crisis
El contraste entre estas promociones y la realidad de la mayoría de los cubanos es impresionante. En enero, MCV Comercial S.A. presentó un catálogo con Mercedes-Benz que superan los 190 mil dólares, mientras que autos de origen chino, como FAW, DFSK, Skywell o Foton, rondan los 16 mil a 46 mil dólares.
Mientras artistas y campañas publicitarias deslumbran con autos de lujo, la población enfrenta apagones diarios, inflación descontrolada, desabastecimiento de alimentos y medicinas, y un transporte público colapsado. Para muchos cubanos, estas promociones son una burbuja ajena a su realidad cotidiana, un recordatorio del abismo entre el lujo accesible para unos pocos y la lucha diaria de la mayoría.
Las redes sociales se han llenado de comentarios críticos, donde usuarios cuestionan la ética de exhibir autos de miles de dólares mientras el país se hunde en crisis económica y social. En medio de este panorama, la escena protagonizada por Cuervo y su esposa se convierte en un símbolo de la desconexión del régimen y de los sectores privilegiados con la realidad de los cubanos de a pie.