La situación sanitaria en Santiago de Cuba está que arde, literalmente. Las altísimas temperaturas, las lluvias intensas y el desastre en la recogida de basura han creado el caldo de cultivo perfecto para que se disparen los casos de dengue, chikungunya, fiebre de Oropouche y hasta enfermedades digestivas como la hepatitis A y la fiebre tifoidea.
En medio de este panorama preocupante, la doctora Yaimara Gutiérrez de la Cruz, directora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, advirtió que la provincia está rodeada de riesgos y que la situación se complica más cada día. Según explicó, los tres arbovirus circulan activamente, aunque con diferente incidencia. Los municipios más golpeados son Palma Soriano y la propia ciudad de Santiago, mientras que el resto de los territorios no se escapan del peligro por la gran cantidad de mosquitos Aedes aegypti que infestan las casas y las calles.
La especialista fue clara: “El déficit de agua y los depósitos en mal estado están creando un escenario muy negativo”. A esto se suma el caos sanitario en patios, azoteas y calles llenas de basura que nadie recoge. Aunque reconoció que el Gobierno y el Ministerio de Salud Pública “tienen gran responsabilidad”, Gutiérrez insistió en que la situación se les ha ido de las manos y que sin la participación ciudadana “librar esta batalla se torna imposible”.
En otras palabras: mientras las autoridades hacen promesas y los funcionarios repiten consignas, el pueblo sigue poniendo los muertos.
El doctor Gonzalo Urgellés Aguilar, encargado del programa de control de enfermedades digestivas en la provincia, también dio la voz de alarma. Dijo que las lluvias recientes han contaminado las fuentes de abasto de agua, y que la falta de higiene en la manipulación de alimentos está provocando un aumento de los casos de diarreas agudas.
Urgellés recomendó hervir el agua, lavar bien las frutas y verduras y mantener limpios los patios y cestos de basura, pero en un país donde escasea hasta el jabón, muchos santiagueros sienten que esas recomendaciones suenan a burla.
El médico también recordó la importancia de acudir rápido al hospital ante síntomas como fiebre, vómitos o diarrea, especialmente en niños, embarazadas y ancianos. Sin embargo, los hospitales de la provincia apenas tienen medicamentos, y los pacientes se quejan de que muchos mueren esperando atención oportuna.
Mientras tanto, otras provincias como Holguín, Villa Clara, Ciego de Ávila y La Habana enfrentan situaciones similares, con brotes de arbovirosis que las autoridades tratan de maquillar con su habitual discurso triunfalista.
En lugares como Camagüey, donde los casos febriles también aumentan, el silencio oficial es sepulcral. No hay alertas, no hay fumigaciones, no hay respuestas.
Una vez más, el pueblo cubano paga las consecuencias del abandono y la incompetencia del régimen, que sigue priorizando la propaganda política mientras el país entero se hunde en mosquitos, basura y enfermedades evitables.