Un empresario privado de Guantánamo alzó la voz para denunciar las pérdidas millonarias que ha sufrido su pequeña empresa debido a los apagones interminables que azotan la provincia. Su negocio, dedicado a la venta de alimentos refrigerados, se encuentra al borde del colapso por culpa del desastre energético que el régimen insiste en disfrazar de “déficit de generación”.
En conversación con el periodista Mario J. Pentón, el emprendedor explicó que desde hace más de una semana los cortes eléctricos duran 22 o 23 horas diarias, lo que ha provocado que su micro, pequeña y mediana empresa (Mipyme) pierda más de dos millones de pesos. “Solo tenemos una o dos horas de corriente al día”, relató con impotencia.
Las imágenes que compartió muestran paquetes de salchichas y embutidos ya deteriorados dentro de los refrigeradores apagados. “Nadie nos avisó de esto. Te levantas con 23 horas de apagón y tu inversión hecha trizas, y a nadie le importa”, lamentó el empresario, dejando al descubierto la realidad de cientos de cubanos que intentan emprender sin respaldo ni garantías.
Aun así, dejó claro que no venderá los productos en mal estado, pues no está dispuesto a poner en riesgo la salud del pueblo. “Por nada del mundo vendo eso, y menos a una población tan enferma como la de Guantánamo”, aseguró, evidenciando el drama sanitario que acompaña a la crisis eléctrica y alimentaria del país.
El denunciante aclaró que su negocio no pertenece al grupo de Mipymes apadrinadas por el régimen. “Somos gente honrada, que trabaja de domingo a domingo, pagando impuestos abusivos, mientras el Gobierno solo piensa en exprimirnos más”, señaló con frustración.
Los apagones, que se han vuelto parte del día a día de los cubanos, han recrudecido en las últimas semanas. “Hoy son 23 horas, mañana pueden ser siete días seguidos sin luz. Este país es un suicidio para los emprendedores”, expresó el guantanamero, resumiendo el sentimiento de desesperanza que se extiende entre los pequeños empresarios de la Isla.
Su testimonio refleja el golpe devastador que la crisis energética está dando al sector privado, especialmente en el oriente cubano, donde la escasez de alimentos y el deterioro de los servicios básicos alcanzan niveles críticos.
Una revisión del registro oficial de Mipymes revela que en toda la provincia de Guantánamo solo existen dos empresas privadas dedicadas al comercio de alimentos, lo que demuestra la fragilidad de la economía local. Aunque no se ha confirmado si la denuncia pertenece a alguna de ellas, el dato deja en evidencia la falta de apoyo real a los emprendedores fuera de La Habana.
Las pocas Mipymes que logran sobrevivir lo hacen en condiciones extremas: apagones constantes, falta de combustible, trabas para importar mercancías y precios impuestos por el Estado. Todo esto ha convertido el sueño de emprender en Cuba en una verdadera pesadilla.
Mientras el régimen sigue culpando al clima, a las averías y hasta al “bloqueo”, los negocios privados pierden miles de pesos cada día sin recibir una sola compensación, ni siquiera una respuesta. La burocracia ahoga a los trabajadores y las empresas locales, que operan en un entorno donde la incertidumbre es la única constante.