Después de dos noches que parecieron eternas, Michael, el niño de 11 años reportado como desaparecido en Santiago de Cuba, fue encontrado con vida. La noticia devolvió el aliento a toda una comunidad que siguió su caso con el corazón en la mano.
El pequeño fue hallado este viernes en el muelle del Cayo, donde había estado durmiendo al aire libre. Su rescate fue posible gracias al poder de las redes sociales y a la solidaridad de un joven que decidió actuar sin pensarlo dos veces.
Todo comenzó cuando Anyelito Con Talento, un joven santiaguero, reconoció al niño tras ver una publicación sobre su desaparición. En lugar de mirar a otro lado, se acercó a él, se aseguró de que estuviera bien y se quedó a su lado hasta entregarlo sano y salvo.
El escritor independiente Yasser Sosa Tamayo fue uno de los primeros en compartir la buena noticia en Facebook, confirmando que Michael ya estaba bajo resguardo.
“Todavía hay personas que no esperan a que alguien más actúe”, escribió una amiga cercana a la familia, agradeciendo la ola de apoyo que ayudó a encontrarlo.
Michael había salido de su casa por motivos que aún no se han revelado completamente. Tras su hallazgo, fue entregado a su madre y ahora las autoridades de menores evalúan su situación familiar y psicológica. Según fuentes cercanas, no era la primera vez que el niño se marchaba.
“No por hambre, sino por desgano. No por rebeldía, sino por heridas que no se ven…”, escribió Sosa en un mensaje que conmovió a cientos de usuarios.
Su historia se volvió viral en cuestión de horas, desatando una ola de empatía y reflexión sobre la vulnerabilidad infantil y la falta de apoyo institucional en Cuba. En medio de tanta desesperanza, el caso de Michael fue un recordatorio de que la solidaridad ciudadana aún tiene fuerza.
“Esta vez, las redes no fueron ruido, sino rescate”, escribió la familia al agradecer a todos los que compartieron la información.
El caso también reabre el debate sobre la ausencia de un sistema de alerta rápida en Cuba. Sin protocolos efectivos ni cobertura de los medios oficiales, las familias se han visto obligadas a convertir Facebook, WhatsApp y Telegram en verdaderos centros de búsqueda.
En los últimos meses, son varios los casos que se han resuelto gracias a la cooperación ciudadana y la rapidez de internet. Ejemplo de ello fue la aparición de Betsy Scull Estévez, una adolescente de 16 años que estuvo desaparecida seis días en septiembre. Pero otros, como el de Deyriland Hernández Peralta, de 17 años, aún siguen sin respuesta.
El caso de Michael deja una enseñanza poderosa: cuando las instituciones fallan, el pueblo cubano se une. Y en esa unión, muchas veces, es donde aparece la esperanza.
