El humorista cubano Limay Blanco, conocido por su constante labor solidaria, se quebró en llanto durante una transmisión en vivo mientras pedía ayuda para las familias más necesitadas de la isla. Su llamado surge en medio de la crisis sanitaria que azota a Cuba, con un repunte de dengue, chikungunya y otras arbovirosis, y mientras su esposa enfrenta problemas de salud.
El domingo pasado, Limay compartió en sus redes un mensaje cargado de humanidad: “Te pido desde lo más profundo de mi corazón que me ayudes a ayudar. No quiero imaginar una madre con su hijo desesperado”, escribió, buscando recolectar donaciones para comprar mosquiteros, termómetros, ventiladores recargables, medicamentos para la fiebre, sales de rehidratación y repelentes. Productos que, en muchos casos, se venden en dólares en las tiendas del régimen, inaccesibles para la mayoría de los cubanos.
“Aunque sea 20 centavos, ayúdame a ayudar”, pidió el humorista, prometiendo documentar la entrega de cada artículo a las madres beneficiadas. Horas más tarde, durante un en vivo, aclaró entre lágrimas que su petición no era para recaudar dinero para su esposa, sino para las familias más vulnerables.
“Gracias a Dios yo tengo un ventilador recargable, duragina para bajar la fiebre, incienso para los mosquitos, un mosquitero y un equipo que me da corriente por cinco horas. No estoy pidiendo dinero para mi esposa”, explicó. El objetivo de Limay es brindar condiciones mínimas para que los niños enfermos puedan recibir cuidado, incluso en hogares sin electricidad ni medicamentos básicos.
“Yo me imagino una mamá con un niño chiquito, sin luz, sin termómetro, sin nada. No puedo cambiar el país, pero puedo hacer algo. Si logro entregar mil termómetros o mil mosquiteros, ya es algo”, confesó visiblemente conmovido.
A pesar de las críticas en redes, Blanco reafirmó su compromiso con la solidaridad: “Hace años no dormía por pensar en mí, pero desde hace seis años no duermo pensando en cómo ayudar. Si me llaman loco, ladrón o descarado, no importa. Yo sé lo que estoy haciendo y por qué lo hago”.
El humorista dirige desde hace años el proyecto Cristo Cambia Vidas, con el que ha entregado casas, alimentos, medicamentos y artículos básicos a cientos de familias en diferentes provincias, gracias al apoyo de seguidores tanto dentro de Cuba como en el exilio.
Su llamado ocurre en un momento crítico, con hospitales saturados y escasez de medicamentos, mientras las autoridades reconocen la circulación de varias cepas de virus transmitidos por mosquitos en casi todo el país. La iniciativa de Limay Blanco ha conmovido a miles de cubanos, quienes valoran su compromiso humano en contraste con la indiferencia de las instituciones oficiales.
“Duele ver a Limay así, pero también reconforta saber que todavía hay cubanos que no miran hacia otro lado”, comentó una internauta desde Matanzas.
A pesar del desgaste emocional que conlleva su labor, el humorista reafirmó: “Yo no puedo solucionar los problemas de Cuba, pero sí puedo aliviar un poco el dolor de una madre. Si todos nos unimos, podemos lograr mucho más”.
El video concluyó con Limay pidiendo oraciones por la recuperación de su esposa y por las familias afectadas por la crisis sanitaria: “Dios los bendiga, ayúdenme a ayudar”, repitió con la voz entrecortada antes de despedirse.