Un trágico accidente ocurrido en la mañana de este martes en el municipio Habana del Este dejó sin vida a una joven de apenas 18 años, sumiendo en el dolor y la indignación a todo el reparto Camilo Cienfuegos.
La tragedia ocurrió alrededor de las 7:00 a.m., en plena rotonda del barrio, cuando una moto eléctrica —en la que viajaban la muchacha y su madre— fue embestida por un camión que, según vecinos, se dedica al reparto de productos para los mercados agropecuarios. El golpe fue tan fuerte que la joven murió en el acto, mientras que su madre fue trasladada en estado grave al Hospital Naval, donde lucha por su vida.
Vecinos que presenciaron el accidente relataron que el cuerpo de la víctima permaneció tirado en el pavimento durante horas, bajo la mirada atónita de los residentes, mientras las autoridades se demoraban en llegar y hacer las investigaciones de rigor. “Era una niña, apenas 18 años. Qué dolor tan grande”, lamentó un testigo. Otro añadió con rabia contenida: “Dicen que la mamá está muy grave… esto no tiene nombre”.
Lo que más sorprende a los habitantes del reparto es que el siniestro ocurrió en una zona donde normalmente no hay tráfico pesado, lo que ha despertado todo tipo de conjeturas sobre cómo fue posible un accidente tan devastador en un punto tan tranquilo.
Hasta ahora, el silencio oficial es total. Ninguna autoridad ha ofrecido una versión clara de lo sucedido, ni ha dado detalles sobre el estado de la madre de la víctima. Una vez más, el régimen muestra su ineficiencia y su falta de transparencia, como si el dolor de una familia cubana fuera un dato irrelevante.
A medida que la noticia se regó por las redes, comenzaron a circular versiones enfrentadas sobre la causa del choque. Algunos culpan directamente al chofer del camión, asegurando que no respetó la señal de “Pare” y se lanzó de lleno a la rotonda, mientras que otros sostienen que la moto iba en sentido contrario. Sin embargo, sin un informe confiable —algo que en Cuba brilla por su ausencia—, la verdad queda atrapada en medio de las especulaciones.
Un chofer con años al volante resumió la situación con amarga sinceridad: “En este país los accidentes no solo pasan por los huecos en la carretera, sino porque hay gente manejando sin saber ni las reglas básicas. Algunos ni licencia tienen, y los que la tienen, no la respetan”.
La noticia ha desatado una ola de tristeza y frustración, sobre todo entre los jóvenes que se sienten cada vez más inseguros en las calles de una ciudad sin orden ni control. “En Cuba hay cuatro carros y tres motos, y aun así todos los días hay un accidente. ¡Es un desastre!”, comentó un cubano desde el extranjero, reflejando el sentimiento de impotencia que muchos comparten.