Hay historias que tocan el alma, y la de Ja Rulay es una de ellas. El reguetonero cubano, conocido por su estilo callejero y su carisma, decidió regresar a la humilde casa en la que vivió su infancia en La Habana, y el video del momento ha conmovido a miles de seguidores. En un recorrido lleno de nostalgia, el artista recordó los sacrificios que marcaron sus primeros años, especialmente los de su madre, quien fue su pilar en los tiempos más duros.
El video, publicado en Instagram y grabado junto al youtuber El Creador Cubano, muestra a Ja Rulay caminando por los mismos pasillos donde creció, entre techos de fibrocemento, paredes agrietadas y espacios reducidos que reflejan la dura realidad que vivió antes de alcanzar la fama. “Es increíble cómo la vida cambia”, dice el artista mientras observa el lugar con emoción contenida. En sus palabras se nota no solo la gratitud, sino también la sorpresa de ver cuánto ha avanzado desde aquellos días.
En un momento del recorrido, Ja Rulay no puede evitar quebrarse al hablar de su madre. “No se imaginan el sacrificio de mi mamá”, confiesa, con la voz cargada de sentimiento. Su madre, como tantas mujeres cubanas, hizo lo imposible para sacarlo adelante, en medio de la escasez y las dificultades del día a día en la isla.
El reguetonero aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje poderoso a quienes lo siguen: “Sí se puede, si luchas. Yo no tenía dinero, mi casa era esto”, dijo, apuntando al modesto espacio donde creció. Sus palabras se hicieron virales rápidamente, inspirando a muchos jóvenes que sueñan con cambiar su destino. Los comentarios no se hicieron esperar: “Qué orgullo verte así, sin olvidar de dónde vienes”; “Tu historia motiva, bro”; “Gracias por darle voz a los que aún viven en esas condiciones”, escribieron algunos fans.
Esta emotiva visita llega poco después de que medios independientes publicaran imágenes del solar en ruinas donde nació el artista, un edificio en peligro de derrumbe en pleno corazón de La Habana. Con este gesto, Ja Rulay demuestra que la fama no le hizo olvidar sus raíces y que sigue siendo aquel muchacho de barrio que soñaba con un micrófono y una oportunidad.
Hoy, con miles de seguidores y una carrera en ascenso, Ja Rulay usa su historia como una lección de humildad y esperanza. Su mensaje es claro: no importa de dónde vengas, sino cuánto estás dispuesto a luchar. Y mientras mira esas paredes gastadas donde empezó todo, deja claro que el verdadero éxito no está en los lujos, sino en nunca olvidar quién eres y quién te ayudó a llegar hasta aquí.
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