En Miami ya empezó la Navidad… ¡y a lo cubano! Sí, aunque falten semanas para que llegue diciembre, las redes ya están alborotadas con el nuevo protagonista de la temporada: un Santa Claus en guayabera, sombrero y con un cafecito en la mano. Nada de trineos ni nieve: este Santa viene directo del Caribe y con sabor a domino y café fuerte.
Todo comenzó con un video publicado en el perfil de Instagram Only in Dade, esa cuenta que siempre nos regala los momentos más auténticos (y locos) de Miami. En el clip se ve a un muñeco navideño muy peculiar, vestido con una guayabera blanca impecable, pantalones color crema, sombrero de ala ancha y una tacita de café, como buen cubano que se respeta. Pero eso no es todo: el Santa además sostiene una ficha de dominó, el sello inconfundible de los cubanos del exilio.
El video no tardó en hacerse viral. En cuestión de horas, miles de usuarios reaccionaron con risas, nostalgia y entusiasmo. “El juego de guayabera de Santa está en el punto”, decía la publicación original, y los comentarios no se hicieron esperar:
“¿Dónde lo venden?”; “Mi abuela lo amaría”; “¡Necesito cuatro para mi decoración navideña con mesa de dominó incluida!”. Hasta hubo quienes pedían que les enviaran uno a Nueva York o Texas, demostrando que la cubanía no conoce fronteras.
Este Santa Claus tropical se exhibe en una tienda de la cadena Navarro, en el corazón de Miami, y se ha convertido en el nuevo símbolo de cómo los cubanos transforman cada tradición a su manera, sin perder la esencia. La mezcla entre lo navideño y lo caribeño ha conquistado tanto a los locales como a los turistas que se topan con la figura.
“Trata de explicarle esto a alguien de Wisconsin”, escribió un usuario entre risas, y no le falta razón. Para quien no conozca el espíritu cubano, ver a Santa en guayabera puede parecer una locura; pero para los que crecimos entre risas, domino, y olor a café recién colado, este Santa Claus es simplemente perfecto.
Más que un adorno navideño, este muñeco se ha convertido en un símbolo del orgullo cubano y del ingenio de una comunidad que mantiene vivas sus costumbres incluso lejos de la isla. En su guayabera y en su cafecito se resume una historia: la del exilio, la nostalgia y la alegría con la que los cubanos le ponen sabor a cualquier celebración.
Así que si ves a este Santa por ahí, no lo dudes: tómale una foto, súbela con orgullo y brinda por la Navidad más sabrosa del planeta. Porque si hay algo que los cubanos saben hacer bien, es darle su propio toque a todo lo que tocan… incluso al mismísimo Santa Claus.
