La imagen de varios niños durmiendo sobre cartones en los jardines del hotel Muthu, en La Habana, se volvió viral esta semana y desató una ola de indignación en redes sociales. La foto, tomada en plena zona de lujo de 1ra y 70, expuso de golpe una realidad que el régimen intenta esconder: la creciente mendicidad infantil en Cuba, un país hundido en la pobreza extrema.
La escena fue tan dura que incluso Leticia Martínez Hernández, jefa de prensa de la Presidencia y fiel defensora de Díaz-Canel, no pudo quedarse callada. En su perfil de Facebook, la funcionaria trató de justificar al régimen, pero terminó reconociendo lo evidente. “Esta Revolución hace mucho por sus niños, a diario y en todos los frentes… pero situaciones como la de esa foto son inadmisibles”, escribió, intentando equilibrar su discurso entre el guion oficial y la indignación ciudadana.
Según Martínez, el problema es “responsabilidad del Estado, de las familias y de todos los que vemos esas cosas”, como si las redes sociales y no el gobierno fueran las culpables de que los niños duerman en la calle. “Bien por el diputado que salió a resolver”, añadió, en alusión a Carlos Miguel Pérez Reyes, un parlamentario del municipio Playa que también se pronunció tras visitar el lugar.
Pérez Reyes reconoció que la situación no es nueva y que los menores que aparecen en la foto ni siquiera pertenecen a ese municipio, sino a otras zonas de La Habana. En su publicación, intentó defender los programas sociales del Estado —círculos infantiles, hogares para niños sin amparo filial, etc.— y soltó la frase de manual: “En Cuba, con muy pocos recursos, se hace mucho por los niños”. Pero acto seguido tuvo que admitir lo que todos saben: las deficiencias del sistema son profundas y el problema va mucho más allá de “recoger” a los pequeños de la calle.
El propio diputado reconoció que el Consejo de Atención a Menores del MININT debería encargarse de esos casos, pero los vecinos le aseguraron que hay denuncias sin respuesta y expedientes engavetados. “Denunciar y recoger a los menores no resuelve la raíz del fenómeno”, escribió, señalando además la “falta de sensibilidad” de algunas autoridades que prefieren mirar hacia otro lado o culpar a las familias.
La foto que desató el debate fue publicada por la periodista Yadira Albet, quien compartió un post de Mayelín Guevara mostrando a al menos seis niños de entre 8 y 14 años durmiendo frente al hotel Muthu, tras haber sido expulsados por la policía de los alrededores del Centro de Negocios. Vecinos del área confirmaron que los pequeños suelen pedir dinero o ayudar a turistas en la zona del mercado en MLC de 3ra y 70, una de las más transitadas por extranjeros.
Hasta ese momento, ninguna institución estatal había dicho una palabra. Solo cuando las redes reventaron y el tema se hizo imposible de ocultar, aparecieron los discursos de Leticia y el diputado Pérez Reyes, intentando apagar el fuego con declaraciones vacías.
Pero la imagen ya había hecho su trabajo: dejó al desnudo el colapso del sistema de protección social cubano. Mientras la propaganda oficial insiste en hablar de “logros de la Revolución”, la realidad muestra a menores abandonados, durmiendo al raso en una ciudad donde cada día crece más la miseria.
Organizaciones independientes y observatorios como el Observatorio Cubano de Derechos Humanos y UNICEF llevan tiempo alertando que miles de niños viven hoy en condiciones precarias, piden limosna o buscan comida en la basura. Según estos datos, el 89% de los hogares cubanos vive en pobreza, una cifra que desmonta cualquier discurso triunfalista del castrismo.