Denuncian que hospital pediátrico provincial de Camagüey esta desbordado de niños ingresados y un solo especialista para atenderlos a todos

Redacción

En Cuba ya nada sorprende… pero aun así, hay historias que duelen. Una madre cubana encendió las redes al denunciar la terrible situación del Hospital Pediátrico “Eduardo Agramonte Piña” en Camagüey, donde —según su testimonio— solo una pediatra estaba disponible para atender a todos los niños ingresados. Sí, leíste bien: una sola doctora para todo un hospital lleno de pequeños enfermos.

La mujer contó que su hija fue ingresada con fiebre alta y síntomas de dengue, pero lo que encontró allí fue un panorama de película de terror: salas abarrotadas, padres desesperados y un personal médico completamente desbordado. En sus palabras, “tuve que esperar horas para que vieran a mi niña, mientras los residentes corrían de un lado a otro sin poder con tanto paciente”.

Su denuncia fue compartida en Facebook por el periodista camagüeyano José Luis Tan Estrada, quien ha venido mostrando con valentía el deterioro del sistema de salud en la provincia. Las imágenes hablan solas: pasillos llenos, caras cansadas y un sentimiento de impotencia que se palpa en cada rincón del hospital.

Y no se trata de un caso aislado. En los últimos días, hospitales pediátricos de Matanzas, La Habana y Camagüey se han visto saturados por el aumento de niños con fiebre, vómitos y dolores articulares. Muchos padres aseguran que ni siquiera hay medicamentos básicos ni oxígeno suficiente, mientras los médicos —que ya hacen milagros con nada— trabajan sin descanso y con recursos mínimos.

En Matanzas, por ejemplo, las autoridades tuvieron que improvisar áreas médicas en universidades para poder atender tantos casos. Y todo esto ocurre justo cuando el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) reconoció, tras semanas de silencio, la muerte de tres personas por dengue. Aun así, no dieron detalles sobre las edades ni las provincias afectadas, lo que generó más sospechas que confianza.

Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en el único “parte médico” real que tiene el pueblo. Familias de toda Cuba están compartiendo fotos y mensajes de desesperación: niños esperando por atención en pasillos, madres llorando sin saber qué hacer y hospitales que parecen zonas de guerra.

Una madre desde Matanzas lo resumió con una frase que se ha vuelto viral:

“Los médicos son héroes, pero no pueden hacer milagros.”

Y es que, en un país donde falta de todo —menos la resignación—, cada historia de un niño enfermo se convierte en un grito colectivo. Un grito que dice lo que muchos sienten: el sistema de salud en Cuba está colapsado, y quienes más lo sufren son los más inocentes.

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