El gobierno de Estados Unidos salió al paso desmentir de manera tajante que la excarcelación y posterior exilio del líder opositor cubano José Daniel Ferrer haya sido parte de alguna negociación con el régimen de La Habana, contradiciendo así la versión que la televisión estatal de la isla había difundido.
En un programa transmitido en horario estelar, los medios oficiales cubanos aseguraron que la liberación de Ferrer —quien es considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional— se habría producido como parte de un supuesto “intercambio” entre Washington y La Habana, que incluiría la entrega de un “criminal buscado” por las autoridades de la isla.
Sin embargo, un portavoz del Departamento de Estado negó rotundamente esta narrativa en declaraciones a Martí Noticias. “Como el propio José Daniel Ferrer declaró, el régimen lo obligó a exiliarse. No hubo negociación ni contraprestación. La administración Trump exigió repetidamente la liberación de Ferrer y de todos los presos políticos detenidos por la dictadura. Una vez que Ferrer tomó la difícil decisión de salir de Cuba, el gobierno de Estados Unidos facilitó su entrada a nuestro país”, aseguró el funcionario.
Por su parte, la televisión estatal cubana, en un reportaje conducido por Jorge Legañoa Alonso, recientemente nombrado director de Prensa Latina, insistió en que la salida de Ferrer era fruto de los “sistemáticos intercambios y colaboración” entre ambos gobiernos. “Como parte de esos intercambios, Estados Unidos ha entregado a Cuba algunos criminales buscados por las autoridades nuestras… Recientemente llegó a La Habana uno de estos prófugos. Me reservo el nombre, pero cumplía una sanción de 20 años de privación de libertad cuando se fue a Estados Unidos”, afirmó Legañoa durante la emisión.
Analistas consideran que el propósito del programa oficial era presentar la liberación de Ferrer como un acuerdo bilateral, desviando la atención de la verdadera razón: la presión internacional constante sobre el régimen por sus reiteradas violaciones de derechos humanos.
Tanto fuentes del Departamento de Estado como tres funcionarios estadounidenses consultados por Martí Noticias desmintieron categóricamente la existencia de cualquier acuerdo de intercambio de fugitivos entre los dos países. “Totalmente falso”, enfatizaron. Un portavoz agregó: “Si el régimen ilegítimo tiene un problema, sabe cómo enviar una solicitud formal”, haciendo referencia a los canales diplomáticos existentes para extradiciones o repatriaciones, que desde 2018 están prácticamente congelados.
Según fuentes en Washington, el individuo mencionado por la televisión cubana sería Giamny Santos Chávez, un inmigrante cubano con antecedentes penales en Estados Unidos y buscado por La Habana por tráfico de personas. Santos Chávez llegó a Estados Unidos por mar en 2007 bajo la política de “pies secos, pies mojados” y en 2009 recibió una orden de deportación que el régimen cubano se negó a aceptar. Su caso permaneció estancado por más de una década, al igual que el de más de 40,000 cubanos con órdenes de deportación que La Habana no ha querido recibir, pese a los acuerdos migratorios bilaterales firmados desde los años noventa.
Finalmente, José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y uno de los opositores más reconocidos de la isla, llegó esta semana a Miami junto a su familia, tras ser obligado por las autoridades cubanas a aceptar el exilio como única salida frente a la represión.