Si creías que hablar de la educación en Cuba era un tema cerrado, prepárate: Anna Sofía Benítez Silvente acaba de demostrar que no es así. Esta joven creadora de contenido está causando furor en redes con un video que ya supera las 570 mil reproducciones en Facebook, donde desmonta la narrativa oficial que tantos funcionarios repiten como mantra: “ese título universitario se lo debes a la Revolución”.
Graduada de Técnico Superior en Prótesis Estomatológica, Anna Sofía habla con calma pero con firmeza sobre lo que realmente significa estudiar en Cuba. Su testimonio revela que detrás de la “gratuita” educación hay madrugones, sacrificios económicos y trámites burocráticos que pocos mencionan.
🚍 Madrugones, guaguas y sacrificios familiares
En el video, la joven recuerda cómo su madre la acompañaba a coger la guagua de madrugada para llegar a tiempo a la universidad. Cuando no podía, pagaban a un vecino para que la llevara. Los instrumentos de estudio, uniformes y transportes corrían por cuenta de la familia, mientras los estudiantes lidiaban con un sistema lleno de trabas administrativas, desde conseguir la boleta de ubicación laboral hasta la entrega final del título.
“Cuando mi madre no podía acompañarme hasta el autobús, le pagamos a un vecino. Y así fueron todos los días”, narra Anna Sofía, mostrando imágenes y audios de su experiencia. Un relato que ha resonado con miles de jóvenes y profesionales que reconocen sus propias luchas.
💥 Desmontando el discurso oficial
Con una mezcla de ironía y lucidez, la influencer derriba el discurso oficial:
“Entonces se llenan la boca diciendo que ese título me lo dio la Revolución. Perdón, pero no es así. La educación es gratis, sí, pero sus dirigentes gastan miles de dólares en becas para que sus hijos estudien en el extranjero”.
El video se convirtió rápidamente en un fenómeno viral, generando una ola de apoyo ciudadano. Muchos felicitan a Anna Sofía por hablar con valentía sobre realidades que otros callan.
⚠️ Consecuencias de decir la verdad
La viralidad también trajo problemas: la joven fue citada por las autoridades universitarias tras un video anterior, recibió amenazas y recién le informaron que su título, retrasado por un error administrativo, “ya estaba listo”.
A quienes cuestionan su testimonio por tener algunos objetos en casa, ella respondió con ironía:
“Mi guitarra de un dólar, mi sofá de un dólar, mi televisor de un dólar… y mi refri de un dólar lleno de seis libras de continuidad y cuatro kilos de resistencia”. Un golpe directo a la hipocresía de quienes confunden crítica social con pobreza extrema.
🌟 Una voz que no se calla
Anna Sofía defiende su derecho a opinar y cuestiona la normalización del conformismo: “Imagínate llamarme exigente por querer aspirar a un salario mayor a un cartón de huevos. ¿Quién vive con tres mil pesos?”.
Su intención no es emigrar, sino mejorar su país, denunciar abusos y abrir el debate sobre la educación y el trabajo en Cuba:
“No me voy del país. Quiero quedarme y seguir hablando. Quiero un país donde estudiar y trabajar valga la pena, donde el mérito y el esfuerzo no sean castigados”.
Con su valentía, Anna Sofía Benítez Silvente se ha convertido en un símbolo de resistencia cívica, y su historia nos recuerda que la educación y el esfuerzo merecen reconocimiento, no solo palabras bonitas en propaganda.