Régimen cambia las reglas después de seis décadas: Cadenas internacionales podrán alquilar hoteles en Cuba y gestionarlos completamente

Redacción

En un giro poco visto en más de seis décadas de control absoluto del Estado, el régimen cubano ha decidido abrir una puerta inédita: alquilar hoteles a las cadenas internacionales que hoy los gestionan, dándoles un margen de autonomía que hasta ahora estaba estrictamente prohibido.

La movida llega en un momento crítico para la isla, donde el sector turístico, otrora joya de la economía, se encuentra en caída libre y la escasez de recursos hace difícil mantener estos hoteles funcionando. Según fuentes que hablaron con EFE, el primer experimento será en el Iberostar Origin Laguna Azul, en Varadero, con un contrato de arrendamiento que empezará a regir el 1 de enero de 2026.

Hasta ahora, las cadenas extranjeras operaban bajo un esquema mixto: un gerente cubano designado por el Ministerio de Turismo compartía mando con el gerente de la empresa internacional. Con este nuevo modelo, las compañías podrán administrar los hoteles directamente, algo sin precedentes desde la Revolución, y que promete mayor flexibilidad en decisiones sobre inversión, personal y calidad del servicio.

El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, había adelantado durante la feria turística FITCuba 2025 que el gobierno estaba evaluando arrendar propiedades estatales “para dinamizar el sector”, y ahora esa idea comienza a materializarse. Según el diario oficial Granma, las negociaciones con Iberostar serían las primeras en concretarse, seguidas por cadenas chinas interesadas en el Hotel Copacabana de La Habana.

Para los analistas, esta maniobra cumple un doble propósito. Por un lado, intenta inyectar divisas en medio de la profunda crisis económica, marcada por escasez de alimentos y combustible. Por otro, busca elevar la calidad del servicio hotelero al dar más libertad a las cadenas extranjeras, que hasta hoy estaban atrapadas bajo el control del conglomerado militar GAESA. Una fuente del sector señaló que la intención es que las compañías puedan definir sus propias estrategias sin esperar la aprobación de empresas estatales.

Otro cambio clave es el manejo de los salarios. Antes, las empresas extranjeras debían pagar los sueldos en divisas al Estado, que luego los transfería a los empleados en pesos cubanos, reteniendo buena parte. Ahora, con los contratos de arrendamiento, las cadenas podrán determinar directamente las condiciones laborales y los sueldos, algo largamente reclamado por el personal del sector hotelero.

El turismo cubano, golpeado y lejos de sus récords históricos, enfrenta cifras preocupantes. En 2025 se estima que lleguen 1,8 millones de visitantes, una caída frente a los 2,2 millones de 2024 y los 4,7 millones de 2018, año que marcó el pico histórico. Con este giro hacia el arrendamiento y una mayor presencia extranjera en la gestión, el régimen busca revertir la caída de ingresos y mantener viva una de las pocas fuentes de divisas reales en el país, junto con los servicios profesionales en el exterior y las remesas familiares.

Si quieres, puedo hacer también una versión más crítica y mordaz, resaltando cómo este “cambio” refleja la incapacidad del régimen para manejar la economía y cómo depende del capital extranjero para sobrevivir. ¿Quieres que haga esa versión?

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