EEUU desenmascara al régimen y revela que desde Cuba se compraron más de 580 millones de dólares en alimentos y medicamente en el 2024

Redacción

El gobierno de Estados Unidos volvió a salir al paso de la narrativa oficial cubana, dejando claro que el embargo no es el culpable del colapso económico de la Isla. En un mensaje publicado en X, la Embajada de Washington en La Habana informó que las exportaciones hacia Cuba aumentaron un 16% en 2024, alcanzando un flujo de 585 millones de dólares estadounidenses, principalmente en alimentos, medicamentos y bienes humanitarios. “Cuba importa libremente lo que necesita, dentro de lo permitido por el embargo”, subrayaron.

Desde el Departamento de Estado, el Bureau of Western Hemisphere Affairs fue más allá y señaló que la verdadera raíz de la crisis cubana es la corrupción, la mala gestión y la represión de un régimen ilegítimo. “El gobierno de la Isla prefiere invertir en hoteles de lujo y restringir la iniciativa privada mientras su pueblo pasa hambre”, declararon, dejando en evidencia la profunda desconexión entre la propaganda oficial y la realidad cotidiana.

Con la votación sobre el embargo a la vuelta de la esquina en la Asamblea General de la ONU, La Habana ha activado toda su maquinaria diplomática y propagandística, intentando sostener una narrativa que cada vez convence menos a nivel internacional. El próximo 24 de octubre, la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) —bajo control del MINREX— celebrará el XXI Foro de la Sociedad Civil Cubana contra el Bloqueo, un ritual anual que precede a la resolución que pide el levantamiento de las sanciones estadounidenses.

En su comunicado, la Cancillería cubana volvió a lanzar cifras impactantes: “pérdidas de 7.556 millones de dólares en el último año” y daños acumulados por más de 170.000 millones atribuidos al embargo. Sin embargo, estas estimaciones no cuentan con verificación independiente y mezclan cálculos históricos con tasas hipotéticas y conversiones al valor del oro, dejando en evidencia la falta de transparencia.

Los análisis de organismos internacionales y centros académicos, en cambio, apuntan a causas internas como la ineficiencia estructural del modelo socialista, la centralización estatal y la ausencia de incentivos productivos. Un estudio del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia (2022) concluyó que, aunque el embargo podría reducir el PIB cubano entre 0,5 y 1 punto porcentual al año, el verdadero estancamiento está dentro de la propia Isla. Por su parte, el Brookings Institution coincidió: incluso sin sanciones, el sistema económico cubano seguiría siendo disfuncional debido al control político sobre la empresa y la inversión.

Los datos concretos también desmontan el mito del “bloqueo total”. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), las exportaciones estadounidenses hacia Cuba superaron los 370 millones de dólares en 2024, sobre todo pollo, soya, maíz y trigo. Además, en 2023 Washington autorizó más de 800 millones en insumos médicos, el doble que en 2021.

En otras palabras, la crisis de Cuba no se debe a un embargo inquebrantable, sino a décadas de desidia, corrupción y mala gestión del régimen, mientras la propaganda oficial sigue tratando de endilgar culpas al vecino del norte. La realidad, sin filtros, demuestra que los cubanos siguen pagando el precio de un sistema que privilegia hoteles de lujo y discursos vacíos por encima del bienestar de su propio pueblo.

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