La tragedia volvió a golpear el litoral santiaguero este lunes, cuando un conocido pescador submarino perdió la vida en la peligrosa zona de El Sardinero, un sitio muy visitado por los vecinos de Santiago de Cuba, pero temido por su fuerte corriente y su fama de haber cobrado ya demasiadas vidas.
El fallecido fue identificado como Dennis Batista Leyva, un joven de 35 años que acostumbraba lanzarse solo al mar para buscar sustento. Según contó el periodista Yosmany Mayeta, ese día salió con su equipo de pesca como tantas otras veces, pero no volvió con vida. Su cuerpo fue hallado horas después por otros pescadores que, alarmados por su ausencia, comenzaron a buscarlo por su cuenta.
Los compañeros de Dennis vivieron una situación que refleja a la perfección el abandono institucional que impera en Cuba. Tras horas de espera, ninguna autoridad ni personal de Medicina Legal apareció en el lugar, y la noche ya caía. Ante el calor sofocante y el temor de que el cuerpo se descompusiera, los hombres decidieron colocarlo dentro de un pozo con agua fría para preservarlo. Una escena que dice mucho sobre la miseria y la desidia del sistema.
Varios testigos comentaron que el buzo presentaba sangrado por la nariz y los oídos, señales claras de una descompensación por presión, posiblemente causada por una inmersión a gran profundidad. Todo apunta a que Dennis sufrió un colapso interno mientras estaba bajo el agua, una muerte silenciosa y terrible.
El joven vivía en la zona entre Alta Vista y el Micro 1A, en el distrito Abel Santamaría, junto a su pareja y sus hijos. Era querido por sus vecinos, un hombre alegre y trabajador que amaba el mar. Este domingo, uno de sus pequeños cumplía apenas siete años. Su madre, residente en España, ya fue informada de la tragedia y se espera su llegada a Santiago para despedirlo.
La noticia ha dejado a la comunidad sumida en la tristeza. Amigos, vecinos y pescadores inundaron las redes sociales con mensajes de cariño y dolor. “Era un muchacho alegre, querido por todos y loco por el mar”, escribió uno de sus compañeros de pesca. Otro, visiblemente afectado, comentó: “Coño, ‘Chino’, qué tristeza tan grande. Éramos hermanos de pesca. Nunca olvidaré la última vez que salimos juntos a El Colibrí. Que Dios te tenga en la gloria”.
Pero entre las lágrimas también se colaron las verdades que muchos prefieren callar. Varios usuarios lamentaron que Dennis, como tantos otros cubanos, se vio obligado a lanzarse al mar buscando el pan de cada día, jugándose la vida porque en tierra firme la pobreza lo asfixiaba. “Pobrecito, seguro murió tratando de buscar unos pesos para su niño”, escribió una mujer.
Otros recordaron que El Sardinero ha sido escenario de varias muertes y que las autoridades nada hacen para prevenir nuevas tragedias. “No es el primero que muere ahí. Ese lugar debería estar cerrado. ¿Cuántas vidas más tienen que perderse antes de que hagan algo?”, denunció otro internauta.
Pese a los peligros, Dennis era un buzo experimentado. Quienes lo conocían aseguran que no era un imprudente, sino un sobreviviente, como tantos cubanos que se enfrentan al mar porque no les queda otra opción. “Allá abajo no hay perdón, y ese día no era el suyo”, dijo uno de sus compañeros con voz entrecortada.