El líder opositor José Daniel Ferrer García, uno de los rostros más reconocidos de la disidencia cubana y recién desterrado a Estados Unidos, anunció este martes una nueva iniciativa para apoyar económicamente a las familias de los presos políticos en Cuba, un gesto que refuerza su compromiso con quienes siguen sufriendo la represión dentro de la isla.
En un mensaje publicado en su cuenta de Facebook, Ferrer agradeció el respaldo de exiliados comprometidos como el exprisionero político Pedro Guerra, a quien describió como “un cubano patriota y hermano de lucha”. El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) subrayó que los prisioneros del régimen “necesitan apoyo político, espiritual y económico”, y lanzó un llamado al exilio para sumarse a esta causa: “Sin solidaridad real y efectiva, no hay causa que triunfe, por justa que sea”, enfatizó.
Ferrer explicó que las ayudas se harán llegar de manera directa a través de familiares dentro de Cuba, evitando cualquier control del régimen. También compartió un número telefónico en Estados Unidos para quienes deseen colaborar. “Si alguien quiere ayudar a un preso político, que me contacte, y yo mismo lo pondré en comunicación con su familia”, aseguró el opositor, dejando claro que su lucha no ha terminado, sino que apenas comienza una nueva etapa desde el exilio.
Un reencuentro simbólico con los veteranos del exilio
El anuncio fue acompañado de un video grabado en Miami, donde Ferrer aparece junto a Pedro Guerra, a quien calificó como uno de los hombres que “levantó la voz contra la tiranía cuando pocos se atrevían”. En el clip, el opositor recordó que los veteranos del exilio “abrieron el camino de la resistencia”, y que los nuevos exiliados están llamados a continuar esa misma ruta hacia la libertad de Cuba.
“Estamos cada vez más cerca del final de la dictadura, del día en que nuestro pueblo pueda vivir sin miedo ni cadenas”, declaró Ferrer con evidente emoción.
Comprometido con la lucha, incluso desde fuera
En las últimas semanas, Ferrer ha reiterado que su salida de Cuba no significa el fin de su activismo, sino una oportunidad para organizar mejor la resistencia desde el exterior. En recientes declaraciones, calificó a Miguel Díaz-Canel como “el rostro del colapso del castrismo”, mientras señalaba que Raúl Castro sigue controlando los hilos del poder a través del aparato militar y económico de GAESA.
También visitó en Florida al exprisionero político Miguel Sigler Amaya, otro símbolo de la “Primavera Negra”, reafirmando su apoyo a los opositores históricos y su compromiso con una lucha no violenta, creativa y organizada, capaz de desmantelar el sistema comunista cubano desde sus cimientos.
El gobierno de Estados Unidos desmintió cualquier tipo de negociación con La Habana sobre su salida, dejando claro que se trató de un destierro forzoso impuesto por el régimen, tras años de prisión, tortura y hostigamiento contra el líder de la UNPACU.
Solidaridad: la clave para resistir y vencer
Con este nuevo paso, Ferrer busca reconectar al exilio con la resistencia interna, recordando que las familias de los presos políticos enfrentan hambre, abandono y vigilancia constante. Organizaciones internacionales han denunciado que las cárceles cubanas viven un grave deterioro humanitario, mientras el régimen intenta silenciar a quienes denuncian los abusos.
“Sin solidaridad no hay victoria posible”, insistió Ferrer, repitiendo la frase que resume su mensaje. Desde su nueva trinchera en Miami, el opositor se muestra decidido a mantener viva la llama de la libertad, convencido de que la unión de todos los cubanos —dentro y fuera de la isla— será la que logre derribar al régimen y devolverle la esperanza al país.
“La lucha no termina, solo cambia de escenario. Cuba sigue en nuestro corazón y la libertad está cada vez más cerca”, sentenció Ferrer, dejando claro que su voz seguirá resonando dondequiera que haya un cubano decidido a decir basta.
