Durante la noche de este viernes, tres fachadas de viviendas se vinieron abajo en la calle Horca, entre Carmen y el Callejón del Perro, en plena ciudad de Camagüey. El desastre, confirmado por la Televisión Camagüey, vuelve a poner sobre la mesa la crisis estructural que vive el fondo habitacional cubano, una bomba de tiempo que el régimen lleva décadas ignorando.
Por suerte, no hubo pérdidas humanas ni heridos, aunque una anciana encamada tuvo que ser evacuada a toda prisa por los vecinos, porque si se esperaba por las autoridades, la historia habría sido otra.
Según los especialistas, el derrumbe fue causado por la humedad acumulada en las estructuras, agravada por las lluvias recientes. Pero esa es solo la punta del iceberg. El abandono estatal y la falta de mantenimiento son el verdadero enemigo que hace colapsar, poco a poco, las casas de miles de familias cubanas.
En el sitio trabajan brigadas de demolición y limpieza, además de cuadrillas de la Oficina de Servicios Eléctricos (OBE) y ETECSA, intentando restablecer los servicios básicos que se interrumpieron tras el derrumbe. Sin embargo, los camagüeyanos ya saben cómo funciona esto: se recogen los escombros, se tiran dos fotos para el noticiero y todo queda igual.
El periodista José Luis Tan Estrada reportó que el derrumbe afectó especialmente a dos viviendas, una de ellas habitada por una madre y su hija, quienes lograron salir justo antes de que la fachada se desplomara. “Se salvaron de milagro”, comentó un vecino que fue testigo del susto.
El incidente ocurre justo cuando la tormenta tropical Melissa amenaza con convertirse en huracán y golpear el oriente de Cuba, aumentando el riesgo de nuevos derrumbes en una ciudad donde cientos de viviendas están al borde del colapso.
Cada temporada de lluvias deja al descubierto la misma historia: casas destruidas, familias sin techo y un gobierno ausente, más ocupado en organizar desfiles y actos políticos que en atender la miseria real que vive su gente. En Camagüey, como en toda Cuba, los derrumbes no son accidentes, son consecuencia directa del abandono y la indiferencia del poder.
