Díaz-Canel de gira por Pinar del Río, mientras el Oriente de Cuba está sin corriente y sin información con la Tormenta Tropical Melissa casi arriba

Redacción

Mientras la tormenta tropical Melissa gana fuerza sobre el Caribe y amenaza con azotar el oriente de Cuba como un huracán de categoría mayor, el gobernante Miguel Díaz-Canel volvió a hacer lo que mejor sabe: pasearse entre fábricas y sembradíos del occidente, lejos de donde el pueblo sufre los primeros embates del temporal.

El líder del régimen apareció este viernes en Pinar del Río, junto al funcionario del Partido Comunista Roberto Morales Ojeda, visitando cooperativas y minas en los municipios de Minas de Matahambre y Viñales. En la Empresa Minera del Caribe (EMINCAR), lanzó su acostumbrado discurso vacío, hablando de “resultados productivos” y pidiendo al pueblo “prepararse para la consulta popular” del nuevo Programa de Gobierno, un plan que nadie entiende y del que pocos esperan resultados reales.

También pasó por Puerto Esperanza, donde halagó a los trabajadores pesqueros y mencionó que sus salarios rondan entre 8 000 y 8 200 pesos, con algunas “utilidades adicionales”. Un comentario que suena casi insultante en un país donde la mayoría apenas sobrevive con menos de la mitad de esa cifra y donde los precios suben como espuma mientras los estantes siguen vacíos.

Todo esto ocurre mientras Melissa ya deja estragos en el oriente del país. Desde el viernes se reportan inundaciones en Baracoa y derrumbes en Camagüey, y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) advierte que el sistema podría alcanzar categoría 4 o incluso 5, con vientos superiores a 250 km/h. De mantenerse la trayectoria, el huracán impactaría entre Guantánamo y Holguín a mediados de semana, con riesgo de marejadas ciclónicas y daños catastróficos.

Aun así, Díaz-Canel decidió no cambiar su itinerario. En su cuenta de X, publicó una frase que suena más a consigna vacía que a liderazgo real: “Prever cada detalle para proteger al pueblo.” Pero la realidad es otra: miles de cubanos enfrentan el inminente huracán sin luz, sin comida y sin información confiable, víctimas de un sistema colapsado que solo aparece para tomarse fotos y repetir promesas.

Mientras el régimen exhibe su optimismo de cartón, la gente en el oriente solo piensa en sobrevivir. Melissa podría convertirse en el huracán más poderoso del 2025, y el Gobierno, en lugar de prepararse con seriedad, sigue haciendo propaganda política mientras el país se hunde —literalmente— bajo el agua y la miseria.

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