El arte cubano está de luto. La reconocida actriz Miriam Learra falleció en La Habana a los 88 años, dejando tras de sí una huella imborrable en el teatro, la televisión y el cine de la isla.
La triste noticia fue compartida en redes sociales por amigos y colegas que lamentaron su partida. El dramaturgo Norge Espinosa recordó su legado con sentidas palabras, destacando que Learra, nacida en 1936, fue becada para estudiar en Praga y que en 1966 se unió al prestigioso grupo Teatro Estudio, donde brilló en obras como Doña Rosita la soltera, Bodas de sangre, Galileo Galilei y Don Gil de las calzas verdes, bajo la dirección de grandes figuras de la escena cubana.
Espinosa también resaltó que en los años 90 se incorporó a la Compañía Hubert de Blanck, continuando una carrera sólida que abarcó el teatro, la radio, el cine y la televisión. Fue alumna de maestros como Adolfo de Luis y Vicente Revuelta, quienes marcaron su formación actoral.
El actor Alejandro Palomino también expresó su pesar al escribir: “Descansa en paz, Miriam Learra, mi divina suegra de Cerquitica del Vedado. Inolvidables aquellos días a tu lado”.
Según datos recogidos en Ecured, Learra participó en populares telenovelas cubanas como La séptima familia, Las honradas y Tierra brava. A lo largo de su carrera, fue reconocida con el Premio a la Mejor Actuación Femenina en el primer Festival de Teatro de La Habana y también obtuvo el mismo galardón en el Festival de Teatro de Sitges, en Barcelona, España.
Con su partida, Cuba pierde a una de sus grandes actrices, una mujer que dedicó su vida al arte y al teatro en tiempos difíciles, cuando hacer cultura en la isla ya era, en sí mismo, un acto de resistencia.










