La Aduana cubana monta su propio show “antidrogas” mientras el país se hunde en el caos

Redacción

La Aduana General de la República volvió a salir en los medios oficiales, esta vez alardeando de haber encontrado un tubo de crema con cocaína escondida dentro de un paquete postal. Según dijeron, el hallazgo formó parte del llamado “Ejercicio Frontera Segura”, una de esas campañas del régimen diseñadas más para hacer propaganda que para resolver problemas reales.

El operativo, según el vicejefe primero de la Aduana, William Pérez González, fue resultado del trabajo conjunto entre la Aduana Postal y el Órgano Antidrogas del Ministerio del Interior (Minint). Como era de esperarse, el funcionario no perdió la oportunidad de repetir el discurso oficial sobre la “unidad” entre instituciones y la “encomiable labor” de sus agentes.

Sin embargo, detrás de ese tono triunfalista se esconde la misma realidad de siempre: un régimen que necesita fabricar noticias para aparentar eficiencia y control mientras el país se cae a pedazos.

A lo largo de octubre, los medios del Partido Comunista han estado llenos de titulares sobre juicios ejemplarizantes y condenas por drogas en varias provincias del país. En Ciego de Ávila, por ejemplo, un tribunal condenó a un matrimonio joven por cultivar marihuana, en un espectáculo público que buscaba infundir miedo más que impartir justicia.

En Las Tunas, un hombre recibió 15 años de cárcel por tráfico de marihuana; y en Holguín, otros tres fueron juzgados bajo el mismo guion de “tolerancia cero”. En La Habana, el régimen se vanagloria de haber condenado a otro ciudadano a 15 años por vender cocaína y drogas sintéticas, mientras en Matanzas un joven espera sentencia por revender narcóticos pese a no tener antecedentes penales.

Todas estas acciones forman parte de una campaña nacional del régimen para fingir mano dura contra las drogas, justo cuando crecen las denuncias sobre el aumento del consumo de sustancias en barrios populares y centros juveniles.

Mientras los tribunales reparten sentencias desproporcionadas y los noticieros repiten el lema “Contra las drogas se gana”, el pueblo sigue perdiendo: sin comida, sin medicinas y sin esperanza. Porque en Cuba, la verdadera adicción del poder no es a las drogas, sino al control absoluto.

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