“Le robaron la casa con un papel falso”: el drama de un abuelo cubano de 92 años

Redacción

En Cuba, ni los más viejos se salvan de los enredos y trampas. Un abuelo de 92 años, junto a su nieta, está viviendo una pesadilla: alguien habría usado un poder notarial falso para despojarlos de su única vivienda. Sí, así mismo. A su edad, en vez de descansar tranquilo, está batallando contra un lío legal que parece no tener fin.

La historia sucede en Bauta, provincia de Artemisa, y envuelve a notarías, funcionarios de Vivienda, Planificación Física y la Fiscalía. Según denuncian, un documento falso anuló un mandato legal anterior y dejó al anciano prácticamente en la calle. La familia lleva meses tocando puertas, pero todo sigue en el mismo punto: sin justicia.

Un “poder” que nunca firmó

El abuelo insiste en que jamás firmó ni autorizó el documento que revocaba el poder dado antes a su nieta, quien era copropietaria legítima. Sin embargo, de la nada, aparece un nuevo papel que supuestamente le permitía a terceros vender, comprar, permutar o incluso regalar su casa. Increíble, pero cierto.

Según el documento, el abuelo habría “donado” su vivienda. Pero su nieta asegura que eso nunca pasó, y que todo fue parte de un montaje notarial. La notaria que aparece en el nuevo poder se llama Arais Hernández Loyola, de la Notaría de Bauta, y según el texto, ella habría sido quien emitió el papel fraudulento.

“¿Tú crees que voy a regalar mi casa?”

El propio anciano lo dijo sin pelos en la lengua:

“¿Ustedes creen que yo voy a hacer un poder tan grosero como este para entregarle mi casa a nadie? Sería lo más bajo quitarle la casa a mi nieta y a mis nietas, que son las que me han cuidado.”

Y con toda la razón del mundo, exige justicia y una respuesta rápida de las autoridades.

Cuando regresó… ya la casa “tenía dueño”

La nieta, Yenisey González, contó que salió del país unos meses con su hija y dejó la casa al cuidado de conocidos. Pero cuando regresó, ocho meses después, se encontró con una sorpresa de terror: esas personas afirmaban que “habían comprado la casa”.

Desde entonces, asegura que fue desalojada de hecho, que la vivienda fue medida nuevamente por funcionarios de Vivienda y Planificación Física, y que comenzó a circular un nuevo poder notarial con actos de herencia y testamento falsos.

Funcionarios, demoras y más burocracia

La familia menciona a varias notarias y directivos —Yanet Cabañas, Arais Hernández Loyola, Iris Moreno Villamil, Nora y Mariceli— que, según ellos, no actuaron con transparencia. Dicen que al principio todo parecía “en orden”, pero luego les informaron que la revocación “no había subido al sistema”.

Entre idas y venidas, la Fiscalía municipal habría prometido investigar, pero el caso entró en lo que ellos llaman una “deriva de plazos”: semanas y meses pasan, y nada se resuelve.

Incluso contactaron con el PCC de Bauta, el provincial de Artemisa, la Dirección Provincial de Justicia y hasta el Ministerio de la Vivienda, pero, según la familia, todo se ha quedado en palabras.

Un abuelo en busca de justicia

Con pruebas en mano, la familia insiste en que el abuelo nunca acudió a ninguna notaría, ni firmó ese poder. Además, cuestionan cómo se validó el documento sin testigos ni dictamen médico, considerando su edad y su baja visión y audición.

Hoy solo piden una cosa: que se anule el poder falso, se devuelva la titularidad real de la vivienda y que no se sigan aprovechando de la vulnerabilidad de un hombre que, a sus 92 años, solo quiere pasar sus últimos días en paz.

“Este abuelo merece justicia”, repite la nieta, con la esperanza de que alguien, al fin, la escuche.

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