Cubanos triunfan en Islas Canarias vendiendo los clásicos panes de libra y el pan suave tipo bon

Redacción

En Santa Cruz de Tenerife, justo en el corazón de las Islas Canarias, hay un rinconcito donde el aroma del pan recién hecho hace que los cubanos se sientan otra vez en casa. Se trata de la pastelería Mi Luz, un pequeño paraíso donde un panadero de la isla ha conseguido lo que muchos creían imposible: recrear el legendario pan de libra y el pan suave tipo bon, esos clásicos que marcaron generaciones enteras en Cuba.

El video compartido por el perfil de TikTok @pasteleria_mi_luz muestra al artesano cubano en plena faena, amasando con paciencia ese pan que en la isla ya casi ni se ve. Su corteza dorada y crujiente, junto a la miga tierna y esponjosa, devuelven el sabor perdido de la verdadera panadería cubana, esa que el régimen hundió junto con el resto de la economía nacional.

El tradicional pan “de barra” o “de libra” es de esos placeres simples que los cubanos recuerdan con nostalgia: recién salido del horno, con mantequilla derretida encima y un café colado al lado. Pero conseguir ese sabor fuera de Cuba —y mucho más dentro de ella— se ha vuelto un lujo. En la isla, la crisis alimentaria y el abandono estatal han dejado las panaderías vacías, los hornos apagados y la harina convertida en una rareza.

Por eso, lo que hace este panadero en Tenerife tiene un valor especial. Cada libra de pan que sale de su horno es una especie de homenaje al país que dejó atrás, y también una crítica silenciosa a un sistema que destruyó hasta el olor del pan caliente.

En España, ese pan suave cubano, ideal para los bocaditos con lechón asado o jamón, es casi una joya gastronómica. Algunos lo comparan con el pan mollete andaluz, pero ninguno logra igualar su textura ni ese sabor dulzón y nostálgico que solo tiene el pan hecho “a lo cubano”.

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