En Santiago de Cuba se respira una mezcla de miedo y resistencia. Con el huracán Melissa acercándose peligrosamente y los vientos del Caribe soplando con fuerza, jóvenes de distintos barrios corren contra el tiempo para asegurar los techos de sus casas con lo que encuentran a mano: sacos de arena, piedras y cabillas improvisadas.
El periodista Yosmany Mayeta Labrada compartió en Facebook imágenes que retratan con crudeza la realidad santiaguera: familias enteras tratando de salvar lo poco que tienen mientras el régimen repite su viejo discurso de “preparación” desde la comodidad de sus oficinas. “Jóvenes santiagueros aseguran sus techos con bolsas de arena”, escribió Mayeta, destacando la valentía de quienes enfrentan el ciclón con más fe que recursos.
Bajo una lluvia constante, los vecinos se organizan por su cuenta, sin esperar ayuda del Estado, que brilla por su ausencia. En los barrios más humildes, los muchachos ayudan a ancianos y madres solas a reforzar ventanas, recoger muebles o amarrar los techos de fibrocemento antes de que los vientos arranquen todo por los aires.
El oriente cubano sabe bien lo que viene: lluvias torrenciales, vientos de más de 200 kilómetros por hora y marejadas violentas que podrían dejar devastación total en las zonas bajas. “Por donde pase Melissa quedará una huella que el tiempo no borrará fácilmente”, advirtió el periodista, quien también hizo un llamado a la solidaridad entre los santiagueros, pidiendo no olvidar a los más vulnerables en estos momentos de angustia.
Mientras tanto, los partes meteorológicos confirman que Melissa sigue fortalecida como huracán categoría 4, con vientos sostenidos de 220 km/h, y se espera que golpee el oriente de Cuba entre la noche del martes y la madrugada del miércoles. La amenaza es real y el temor crece, sobre todo entre quienes todavía tienen fresco el recuerdo del huracán Sandy, aquel desastre que hace más de una década arrasó con la ciudad y que el régimen apenas ayudó a reparar.
Hoy, las calles de Santiago muestran el mismo panorama de siempre: pueblo luchando solo, sin recursos, sin materiales, sin apoyo real. El gobierno provincial, encabezado por la primera secretaria del Partido Comunista, Beatriz Johnson Urrutia, lanzó su habitual “mensaje de alerta”, una declaración que suena más a protocolo que a acción concreta.
Mientras el huracán se acerca y los vientos comienzan a azotar, el pueblo santiaguero se aferra a su instinto de supervivencia. Una vez más, los cubanos enfrentan una catástrofe sin ayuda, sin medios y sin confianza en un sistema que los ha abandonado. En cada saco de arena y cada techo amarrado hay una historia de resistencia… y también una prueba más del fracaso total del régimen que sigue dejando a su gente a merced de los huracanes.







