La Policía de Holguín finalmente arrestó a los responsables del estremecedor caso de maltrato infantil que este domingo provocó una ola de indignación en toda Cuba tras viralizarse en redes sociales.
De acuerdo con información publicada por el perfil oficialista Comunicador Mamanantuabo, “las autoridades de la PNR de Holguín detuvieron a la ciudadana Elizabeth González Díaz, natural de Ceballos, Ciego de Ávila, y a su esposo, quienes fueron puestos bajo custodia de la Fiscalía Provincial para ser interrogados”.
Ambos están acusados de los brutales abusos cometidos contra una niña de 10 años, hija de la mujer y hijastra del detenido, quien presuntamente fue el que grabó el video que circuló por internet y dejó al país entero horrorizado. Según la publicación, “se desarrolló un operativo policial y ambos están bajo arresto”.
Un video que estremeció al país
El video muestra una escena que nadie debería presenciar: una madre golpeando con saña a su hija amarrada en el patio de la casa, usando un palo mientras la pequeña grita aterrorizada. La niña terminó ensangrentada y en shock, en medio de una escena que muchos calificaron como digna de una película de terror.
La activista Lara Crofts fue una de las primeras en denunciar públicamente el caso, identificando a la agresora como “Elizabeth González Díaz, residente en Ceballos”, y señalando que “los propios vecinos la describen como una persona violenta y conflictiva desde su adolescencia”.
Crofts lamentó además la frialdad con que otra persona grababa la agresión, como si se tratara de un espectáculo. “Lo más cruel es que obligan al otro hijo a echarle agua fría a la niña para limpiarle la sangre, sometiéndolo también a un trauma psicológico que no olvidará jamás”, explicó.
La activista añadió que, mientras ocurría todo esto, la mujer gritaba que podía “acabar con la vida de la niña”, una amenaza que demuestra hasta dónde puede llegar la crueldad humana cuando no hay control ni compasión. “Esto no es disciplina, es tortura. Ningún error escolar justifica semejante barbarie”, enfatizó.
Un reflejo más del abandono institucional
Crofts también denunció la inacción de las autoridades locales: “La policía de Ciego de Ávila mira hacia otro lado ante el sufrimiento de los niños, pero se muestra implacable cuando se trata de perseguir a los que piensan diferente”.
Esa doble moral, tristemente habitual en el sistema cubano, deja en evidencia que el régimen solo actúa cuando el escándalo se hace público, y no por verdadero compromiso con la justicia o la protección de los menores.
Aunque la agresora es originaria de Ceballos, residía junto a su familia en Holguín, donde fue finalmente arrestada. Su captura no borra el horror de lo ocurrido, pero al menos ofrece un rayo de esperanza de que la presión social y las denuncias ciudadanas siguen siendo la única herramienta real para exigir justicia en Cuba, donde las instituciones del régimen solo reaccionan cuando ya es demasiado tarde.
