En el poblado costero de Sigua, al sur de Santiago de Cuba, la llegada del huracán Melissa se siente con doble amenaza: no solo los vientos de categoría 5 se aproximan, sino que los vecinos denuncian estar completamente abandonados, sin alimentos ni asistencia por parte del gobierno.
En las horas previas al impacto, los habitantes de la zona lanzaron un grito de auxilio. “Estamos a poco tiempo de una catástrofe y el gobierno no da la cara. Nadie ha venido, nadie ha traído nada… Estamos desesperados”, expresaron varios vecinos al periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quien compartió la denuncia en Facebook.
El desabastecimiento es total: no hay pan, leche para los niños ni productos básicos para enfrentar la emergencia. Para los residentes, la situación es angustiante, sobre todo considerando que Sigua es una localidad vulnerable, ubicada junto al mar y con infraestructura insuficiente para resistir los vientos de más de 250 km/h que se prevén con el paso de Melissa.
Los vecinos aseguran que ningún representante del Consejo de Defensa Provincial ni de la Empresa de Comercio ha aparecido en la zona para organizar la distribución de víveres o coordinar la asistencia antes del ciclón. “Lo único que pedimos es que nos traigan alimentos antes de que el huracán nos deje incomunicados. No queremos morir de hambre antes que Melissa nos arrase”, dijo entre lágrimas una madre de tres hijos, reflejando la mezcla de miedo e impotencia que viven muchos en la comunidad.
La situación se agrava porque Sigua está a apenas 25 kilómetros de Santiago de Cuba, convirtiéndose en una de las primeras zonas costeras en sufrir el embate de tormentas y marejadas. Pese a esto, los vecinos denuncian falta de planes de evacuación visibles y la ausencia total de suministros preventivos, algo que contrasta con las advertencias emitidas por el Instituto de Meteorología.
Mientras tanto, Melissa sigue acercándose con vientos sostenidos de categoría 5, y la comunidad se mantiene sin alimentos, sin combustible y sin asistencia estatal, mostrando un panorama de abandono institucional que ya se ha hecho tristemente recurrente en crisis humanitarias dentro de la isla.
En los comentarios de la publicación, otros usuarios de la red social coincidieron en criticar el abandono del gobierno, mientras compartían mensajes de solidaridad y preocupación por los vecinos de Sigua. Esta denuncia deja al descubierto cómo, en medio de desastres naturales, la falta de preparación y respuesta estatal deja a los más vulnerables en riesgo extremo, especialmente niños y personas de la tercera edad.
En resumen, Sigua enfrenta un huracán de categoría 5 con lo más básico: miedo, incertidumbre y hambre. Y mientras tanto, la esperanza recae en la solidaridad entre vecinos, ante la ausencia de respuestas de las autoridades.
